La verdad oculta detrás del traslado del cuerpo del general Álvaro Obregón a Sonora

El General Álvaro Obregón fue pieza clave en la Revolución Mexicana y luego de sus asesinato fue enterrado en Huatabampo, donde hasta la fecha permenecen sus restos

Victor L. Johnson / El Sol de Hermosillo

  · jueves 22 de agosto de 2024

Álvaro Obregón fue enterrado en el Panteón Municipal de Huatabampo, donde permanecen sus restos / Foto: Cortesía / Saul Rosas

Álvaro Obregón es un personaje imprescindible dentro de la Historia de nuestro país, sobresaliente militar que apoyó la causa de Francisco I. Madero, la que se supone era la buena de la Revolución Mexicana, aunque al final nunca se supo cual de todas era el flanco que buscaba el bien para México, eran etapas muy convulsas.

Existen dos hechos que marcan su figura como una persona recia y muy sonorense, la primera es la pérdida de su mano en una batalla en contra de las fuerzas villistas y la segunda fue el hecho de que fue enterrado en Huatabampo, Sonora, un lugar muy querido por él, pero que su lugar de nacimiento y donde vivió hasta su muerte era Navojoa, por eso surge esa incógnita de su lugar de descanso final.

Había sido presidente Municipal de Huatabampo y al adherirse a la causa maderista se metió de lleno a la vida nacional como político y fue como llegó al gabinete de Venustiano Carranza cuando fue presidente y cuyo mandato culminaba en 1920, año en el que el general Obregón tomaría las riendas del país, contrario a los deseos del revolucionario tamaulipeco.

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“El General Obregón cuando renuncia a la Secretaría de Guerra del Gobierno de Venustiano Carranza, porque ya pretendía ser presidente, que lo fue en 1920 con el Plan de Agua Prieta, renunció a la Secretaría de Guerra, porque vio que Carranza no lo quería como sucesor, porque quería que fuera un civil, no quería que fuera un militar”, relata Javier Félix en el podcast “Carpe Diem” de Chema Armenta.

Después de la presidencia

Luego de terminar su periodo presencial, Obregón regresó a una vida familiar a su natal Navojoa, pero luego del periodo de Plutarco Elías Calles, en 1928 regresó a la política y buscó un segundo periodo presidencial, el cual ganó, pero no llegó a ejercerlo, pues fue asesinado antes de tomar el cargo.

“Entonces Obregón se viene a Navojoa, le compra la casa a Don Tomás Robinson Bours, que era muy amigo de él, el papá de Don Alfonso Bours. Esa casa la tumbaron y fabricaron la Unión de Crédito Agrícola del Mayo, es la mera esquina de Obregón y Otero, la esquina sureste, esa era la casa habitación del general Obregón, ahí vivió con Doña María y con sus hijos”, relata el entrevistado.

Originario de Navojoa, Álvaro Obregón había nacido en la Hacienda Siquisiva el 19 de febrero de 1880, su mamá era Cenobia Salido, dueño de los hermanos José Maria, Epifanio e Ildefonso Salido, dueños del molino en la Hacienda Rosales, que entró en operaciones en 1911.

“El General iba y venía de su Hacienda el Nainari, pero su domicilio lo tuvo en Navojoa, hasta su muerte, ahí lo velaron cuando trajeron el ataúd, lo bajaron del ferrocarril, cuando lo asesinaron, ese sí fue un complot, que lo traicionaron, se supone que es Calles, el autor material como tal fue José de León Toral”, relata el video.

Entierro en Huatabampo

“¿Por qué quiso Obregón que lo enterraran en Huatabampo?”, le pregunta Chema Armenta. “Ese es otro tema que no está muy claro, no existía ningún testimonio por escrito de la mano del general de que dijera, quiero que me entierren en Huatabampo junto con mi mamá y su primera esposa, sino que había sido una cosa de Calles, que dijo que se lo llevaran a enterrar a Huatabampo porque no lo quiero en la Ciudad de México, por el culto a la personalidad de Obregón y digan que él dijo”, aseguró.

Casa Museo Álvaro Obregón, en Huatabampo, Sonora / Foto: Cortesía / Victor Hugo Barrera

El día de su muerte, el presidente electo tenía programada una comida con los integrantes de la diputación del Estado de Guanajuato en el restaurante La Bombilla al sur de la Ciudad de México y cuando menos lo esperaban José de León Toral, un fanático católico, desenfundó una pistola y le disparó seis descargas, casi a quemarropa. El general Obregón cayó sobre la mesa y en medio del caos, el asesino fue detenido y Obregón fue trasladado a su domicilio. En la noche fue velado en Palacio Nacional.

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“Al mismo tiempo que se estaba velando el cadáver del General Obregón en Palacio Nacional, a la misma hora se estaba efectuando un fiestón en una casa muy importante en la colonia Santa María La Ribera, que era de Luis N. Morones, que era el titular de la Confederación de Obreros y Campesinos, el antecesor de Fidel Velazquez, que era íntimo de Calles, que fue uno de los promotores del complot, estaban celebrando la muerte del general”, finalizó.

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