Las ideas que los adolescentes tienen sobre los roles de género podrían estar más relacionadas de lo que se creía con la violencia sexista y sus múltiples expresiones, según revela un estudio publicado en la Revista Americana de Medicina Preventiva.
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Aunque el vínculo entre las conductas violentas y las visiones patriarcales ha sido una tesis mantenida por mujeres y autores desde hace años, este análisis realizado entre 900 jóvenes de entre 13 y 19 años puede ser una de las evidencias más fuertes para confirmarlo: Los hombres con visiones más progresistas tienden a actuar de forma mucho menos violenta que aquellos que perciben la masculinidad de forma más estricta.
Mientras que aquellos niños que crecen con una versión rígida sobre lo que la masculinidad y el género deben ser y cómo deben comportarse tienden ser más propensos a recurrir a la violencia, los niños más “progres” solo caen en estas conductas la mitad de las veces comparado con el otro grupo.
Adicionalmente el estudio apunta a que los niños que han sido expuestos a conductas abusivas tienen una mayor posibilidad de convertirse en abusadores ellos mismos; cuando ven a personas en sus círculos cercanos comportándose de manera agresiva de forma verbal, física o sexual hacia las mujeres las posibilidades de que muestren estas mismas tendencias en el futuro aumentan hasta cinco veces.
Varios estudios en el pasado ya habían establecido vínculos similares, pero es este el que muestra como una visión sexista puede esparcirse entre grupos de hombres, elevado la presencia de conductas violentas en espacios y comunidades donde se desenvuelven.
Entre las preguntas que se realizaron a los participantes, teniendo que elegir si estaban de acuerdo o no con lo que se les planteaba, algunas se relacionaban con la convivencia con similares, como “un hombre necesita golpear a otro para tener respeto” o “sería amigo con un chico que es gay”.
La doctora Elizabeth Miller, jefa de la división de adolescentes y adultos jóvenes en el Hospital Infantil de Pittsburgh y principal autora del trabajo, reiteró la importancia de intervenir a una edad temprana para ampliar la visión de los jóvenes, lo cual impactará en su conducta a largo plazo.