El exceso de tiempo libre para niñas y niños en estas vacaciones muchas veces se traduce en buscar maneras de mantenerlos entretenidos por parte de los padres, los celulares y los videojuegos en ocasiones parecen la mejor opción, sin embargo, el exceso en el uso de estos puede traer afectaciones de las cuales debemos estar pendientes.

En entrevista para El Sol de Hermosillo, el psicólogo, Carlos Alberto Chávez Valdez, señaló que el tiempo recomendable para el uso de estas tecnologías en menores depende mucho de la edad, por ejemplo, en niños menores de 2 años, se debe evitar completamente el uso de estos dispositivos electrónicos, a menos que sea bajo supervisión; de 2 a 5 años, limitar el tiempo de pantalla a una hora al día y que sea con contenido de alta calidad y educativo, siempre bajo supervisión de adultos o con restricción parental en los dispositivos.

Añadió que, en mayores de 6 años, que es la edad más común en la que un infante ya cuenta con esta clase de dispositivos, se deben establecer límites razonables de tiempo en pantalla, procurando que esto tenga equilibrio con otras actividades del niño, como físicas y del sueño, por lo que se debe de limitar durante la noche.

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Apuntó que, “En el escenario cambiante de la tecnología, es crucial abordar el uso de los videojuegos y celulares en la vida de niñas y niños, especialmente durante el periodo vacacional, aunque estos dispositivos ofrecen oportunidades de aprendizaje, debemos de tener en claro que también plantean desafíos que merecen la atención de padres de familia”.

El especialista declaró que el tiempo prolongado frente a las pantallas puede tener repercusiones significativas en el desarrollo social de los niños, por ejemplo, dejando de lado la interacción cara a cara, la cual es vital para el crecimiento emocional y social, afectando su capacidad para entender las sutilezas de las relaciones interpersonales.

Agregó que esta falta de conexión directa puede traducirse en dificultades para la comunicación y falta del desarrollo de la empatía, la cual es crucial para el entendimiento de las demás personas.

“Obviamente, algo que nos preocupa en México al sector salud es el sedentarismo, el cual viene asociado con el uso excesivo de celulares y de videojuegos, y esto contribuye a preocupaciones de salud, debido a la inactividad física, lo que trae problemas como obesidad infantil y otros trastornos como falta de sueño”, manifestó.

Es importante predicar con el ejemplo

Indicó que, como adultos responsables debemos establecer límites claros y alentar a los niños a participar en actividades al aire libre, para fomentar el juego creativo fuera de las tecnologías, como la exploración y la interacción social directa, lo cual es importante para establecer un ambiente holístico para su desarrollo.

Dijo que, “No se trata de dejar de lado el uso de las tecnologías, ya que puede tener su lado bueno, solamente hay que garantizar un uso equilibrado de las mismas”.

Detalló que, una estrategia efectiva para que los padres ayuden a sus hijos a reducir el tiempo de uso de estos dispositivos, es establecer un horario de uso, en el que deben asignarse bloques específicos para su uso y mantener un balance con actividades importantes como deberes escolares, tiempo libre y momentos familiares.

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Chávez Valdez explico que, “lo anterior para involucrar al niño completamente en este horario, lo que le brindará al infante una sensación de control y de responsabilidad, así este entenderá que ya no puede estar seis o siete horas en el teléfono o videojuegos, ya que al estar en vacaciones cuenta con otras actividades, como reuniones familiares, tiempo para pasear al perro, tomar aire libre, tenemos diferentes oportunidades de tener una práctica saludable fuera de estos dispositivos”.

Para finalizar, subrayó que es importante que los padres prediquen con el ejemplo y sean congruentes con lo que les enseñan a sus hijos, ya que indirectamente el comportamiento de los padres moldea y modela al menor, ya que este comprenderá, de igual forma, hacer entender al niño cual es la diferencia en el uso que le da un adulto con responsabilidades al dispositivo celular al uso que le da el menor con poca responsabilidad.

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