La pitaya es el fruto más reconocido de la región de Sonora durante la temporada de verano; este manjar se da en el desierto en los meses de junio, julio y a mediados de agosto. Durante estas fechas, la gente lo busca entre las calles, mercados o changarros el fruto, ya sea por pieza individual o cubetas que contienen más de 100 pitayas.
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Desde hace 14 años, Jaime Burrola Núñez y su esposa María Victoria Martínez se dedican a la venta de raspados, pero al iniciar su negocio pensaron en agregar un sabor especial pensado en los sonorenses, para consentir a sus clientes, fue así que incluyeron el raspado de pitaya.
La refresquería Dammy comenzó ofreciendo Tostitos preparados y raspados de todos los sabores y con el paso del tiempo se fueron incluyendo otros postres como fresas con crema, pico de gallo, yogurt con fruta, entre otros. El nombre del lugar fue elegido por Jaime y María Victoria, ya que el hijo menor de la pareja lleva por nombre Damián, fue así que lo nombraron en su honor.
La preparación del ya famoso raspado de pitaya le lleva alrededor de 2 horas, primero saca pulpa de aproximadamente 150 pitayas, después la muele y al finalizar agrega el jarabe que consiste en agua con azúcar. Este postre es 100% natural y al envasar el raspado por encima coloca 2 piezas de este fruto para que tenga mayor consistencia.
“Este producto es temporal, y ¿por qué venir a comprarlo? Porque a todo mundo le gusta, este se vende mucho, viene gente de toda la ciudad desde la Nuevo Hermosillo, Pueblitos, El Ranchito, también gente de todo México y hasta de Estados Unidos", mencionó Jaime en entrevista con El Sol de Hermosillo.
Durante los dos meses y medio de la temporada, Jaime se prepara comprando pitayas para todo el año, diariamente adquiere de dos a tres cubetas que contienen 150 piezas cada una; es decir aproximadamente 10 mil en 70 días.
“He recibido los mejores comentarios, aquí lo primero que hace la gente cuando se le da el raspado es sacar el teléfono celular para tomarle una foto, disfrutan mucho del raspado porque es natural, pura pulpa, a veces le agregan lechera, pero por lo general lo comen natural, sin nada", compartió.
Este raspado típico se vende durante todo el año únicamente en refresquería Dammy, en Hermosillo, y en un día normal vende alrededor de 6 raspados del fruto exótico.
En 2019, don Jaime compró un aproximado de 40 mil pesos de pitaya y en la temporada del mismo año se vendieron alrededor de 450 raspados de pitaya en un solo día.
"No hay nada difícil en su preparación, algunas veces dependiendo de la demanda compro hasta 3 cubetas por día, el año pasado guardé alrededor de 160 litros de pura pitaya para abastecerme durante todo el año", señaló.
Para Jaime nada es imposible, con ayuda de su esposa María Victoria siempre van innovando en los productos que ofrecen, también agregó que en el 2011 ganó un concurso que lanzó la empresa de Sabritas al presentar una combinación de Tostitos con camarones y callos en agua chile.
Para finalizar, invitan al público a que se acerquen a probar el delicioso raspado de pitaya o alguno de sus productos en la calle 16 entre Mendoza y Campoy, colonia Los Mirasoles en los horarios de lunes a jueves de 16:00 a 24:00 horas y viernes, sábado y domingo se 12:00 a 24:00 horas
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