Hay que reconocer que con el fallo emitido por la Suprema Corte el día de ayer, declarando inconstitucional la prohibición del uso lúdico del cannabis en México, muchos volteamos a ese amigo particularmente emocionado por la noticia, el que al igual que muchos sonorenses ha seguido de cerca el largo proceso que ha representado la despenalización en el país.
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¿Pero quién es este amigo? Joven o viejo, obrero o patrón, o quizá sea una amiga o hasta un familiar; el perfil del consumidor de marihuana en Sonora puede ser tan variado como las personas que viven en el estado, cada uno con sus diferentes hábitos, riesgos y beneficios.
Así lo revela la Encuesta Nacional del Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco realizada por la Comisión Nacional contra las Adicciones, que mide la extensión del consumo de sustancias en el país de acuerdo a criterios demográficos de edad y sexo. Se trata del estudio más extensivo y reciente en la materia entre los mexicanos.
Entre los años 2008 y 2016, Sonora se unió a una tendencia nacional en el aumento del consumo de marihuana. Según las últimas estimaciones presentadas, el estado pasó a tener una incidencia de 3.6 por ciento a un 9.4 por ciento en un periodo de ocho años, equivalentes a un salto de 5.8 puntos.
En comparación, el promedio nacional pasó de un 4.2 a un 8.6 por ciento — o 4.4 puntos de diferencia — por lo que la entidad no solo superó al promedio nacional en consumo, sino que aumentó a una tasa más acelerada.
El alcohol y el tabaco son drogas legales, y por lo tanto nos sorprende que encabecen la lista de las sustancias más recurridas por los sonorenses; mientras tanto la marihuana ocupa el primer lugar entre aquellas que, al menos por el momento, son ilegales.
Entre las personas que reportan haber probado una droga ilegal en su vida, el 87.2% de los casos se trata de la “mota”, en cualquiera de sus presentaciones.
Aunque es difícil hacer una distinción entre el uso puramente medicinal y el realizado con fines recreativos, existe una distinción clara por edades en quiénes son los sonorenses que más consumen marihuana. Tal como se asocia típicamente, los consumidores más asiduos siguen siendo los jóvenes de hasta 25 años, donde la incidencia es de 11%.
Aún así, lejos de ser una práctica exclusiva de ese sector, con las personas de 26 a 35 años teniendo una incidencia de 9.6 por ciento y aquellas mayores de 36 un 8.1 por ciento. En todos estos casos el consumo ha aumentado en comparación con años pasados.
Si se trata de hombres y mujeres, son los primeros quienes conforman la mayoría de los consumidores por un margen importante. Mientras que ellas aumentaron de un 0.7% en 2008 a un 4.3% en 2016, ellos pasaron de 6.6 por ciento a un 14.5 en el mismo tiempo.
Una medida controvertida
Sonora, al igual que el país, se encuentra dividido entre aquellos que proponen la legalización como una fuerte alternativa en el combate a la inseguridad y la criminalidad, quienes apoyan mantener la prohibición catalogan la extensión del consumo como una epidemia.
Lo cierto es que el comercio ilegal del cannabis representa uno de los principales negocios para el crimen organizado a nivel mundial. Algunas estimaciones ponen a la marihuana como la droga responsable de una tercera parte de los ingresos de los grupos criminales en México, y por tanto uno de los “mercados” en los que la competencia por la dominación lleva, frecuentemente, al derramamiento de sangre.
Defensores de la legalización ven en la creación de un mercado legal una forma de quitar a los cárteles hasta 2 mil 30 millones de dólares anuales que recibieron por el tráfico de marihuana solamente en 2014, según datos del Instituto Méxicano de la Competitividad (IMCO). Opositores permanecen escépticos de que este golpe a las finanzas de la delincuencia pueda hacer la diferencia necesaria para poner fin a la violencia en el país.
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Hasta entonces, el presidente López Obrador declaró que su administración evaluará el impacto de la legalización para definir, ahora sí, si la medida llega para quedarse o se vuelve a la prohibición. Solo el tiempo dirá.