Todos merecen una segunda oportunidad, incluso la ropa y Lynda del Toro es una joven hermosillense que lo sabe muy bien, pues rescata prendas de segunda mano para personalizarlas y poder ser adquirida como si se tratara de la primera vez.
Durante una entrevista para El Sol de Hermosillo, la emprendedora comparte la historia de cómo comenzó con su negocio en 2015, interés que se presentó al encontrarse con un bazzar de Coahuila en redes sociales, pues en ese entonces no existía ninguno en la capital.
“En ese entonces había muy pocos bazares en el país y empecé comprando, cómo no tenía hijos y todo mi salario era para mí yo me lo gastaba en ropa, zapatos y salidas, yo era fan de la ropa y llegó un momento en el que yo ya no tenía espacio en mi clóset, tuve que hacer uno de muro block para que me cupiera todo”, mencionó.
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Así mismo, detalló que su estilo preferido es lo vintage, como blusas de satín, vestidos noventeros de botones hasta abajo, ropa de cuadros y demás, incluso confiesa que llegó a tener cosas que jamás usó y que sólo adquiría por gusto.
“En ese mismo año en 2015 nació mi primer hijo y entró en mi conciencia que necesitaba limpiar un poco mi clóset y decidí abrir una cuenta, si yo compraba en otros bazares y no había visto aquí en Hermosillo pensé en ofrecer mi ropa con amigas y familia, así que abrí Young Folks, que le puse así por una canción que me la dedicó un viejo amor y así se quedó”, expresó.
La idea se la planteó a su hermano, quién rápidamente decidió unirse al proyecto y poco a poco comenzaron a tener seguidores hasta tener muy buena aceptación ya que tenían ropa muy distinta a la que estaba disponible en las boutiques de la ciudad en esos tiempos.
Lynda recuerda que, en un viaje a la Ciudad de México junto a su hermano, adquirieron una gran cantidad de prendas en diferentes tianguis y hasta el día de hoy, su bazzar está conformado por pura mercancía mexicana.
Con el tiempo su hermano comenzó e trabajar en otro espacio, por lo que la joven emprendedora se enfrentó al negocio con el apoyo de su mamá, quien actualmente forma parte de Young Folks.
¿Cómo surge la idea de personalizar la ropa?
Desde hace 3 años, la hermosillense comenzó a personalizar y modificar las prendas que adquiría ya que menciona que la ropa de antes era de mejor calidad y duraban mucho más tiempo en comparación a la “fast fashion” de hoy en día.
“Hay mucha ropa que tiene mucho potencial y empecé a notar que ya no se usaba tanto el vestido vintage, cambió la moda y ahora ya va más para abajo, entonces se me ocurrió cortar los vestidos y camisas y hacerlos crop top ya que tiene mucha aceptación este tipo de modificación a la ropa”, detalló.
De esta manera, una camisa o vestido que no era llamativo a simple vista, toma un estilo único y hace que las personas le den una segunda oportunidad de uso gracias a su habilidad de costura.
Fue así que aprovechó las prendas antiguas para repararlas y sacar incluso más prendas de la misma, como de vestidos con tallas muy grandes de las que puede sacar dos, algo que disfruta mucho de su trabajo al igual que ser su propia dueña.
“Lo que más me gusta de dedicarme al bazzar es que tengo tiempo para mis hijos, que manejo mi propio horario y no tengo jefe, soy mi propia dueña, no lo veo como un trabajo porque siempre me ha gustado mucho andar comprando, hoy en día ya tengo proveedores, señoras y señores que ya saben lo que ando buscando y cada semana voy a su casa y les compro directamente a ellos”, puntualizó.
La ropa de segunda mano es lo de hoy
Años atrás la ropa usada no era bien aceptada en la sociedad, sin embargo, hoy cada vez son más los bazares, tianguis o tiendas de ropa en la que se ofrece este tipo de prendas, lo que genera a su vez, mayor oportunidad de emprendimiento.
“Me da mucho gusto porque ahora hasta las personas más pudientes ya usan segunda mano, es increíble lo que te ahorras porque sinceramente vas a una tienda de ropa nueva y te gastas 800 o mil pesos un vestido de marca que es desechable y de tela que no está curada, por lo que se echan a perder si los metes a la lavadora”, confesó.
Así mismo aseguró que esta moda está en tendencia ya que en cualquier lugar puedes ver a hombres y mujeres que usan “vintage” y es muy sencillo identificar que se trata de ropa de segunda mano, algo que a Lynda del Toro le encanta presenciar.
Cómo algo extra a su trabajo, la emprendedora tiene la oportunidad de viajar para adquirir nuevas prendas, sale de su rutina y conoce nuevos sitios turísticos, cómo Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México.
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Por último, invitó a las personas que no usan ropa de segunda a que le den una oportunidad a cada uno de los artículos que hay disponibles en los bazares de Hermosillo, ya que con una vez que lo hagan ya no querrán usar ropa nueva.
“Se van a dar cuenta de la calidad de muchas prendas, del trato de las personas, está muy padre ir a los bazares porque te llevas ropa única, te encuentras unos tesoros fabulosos y sobre todo aquí en Hermosillo todos tienen una propuesta diferente, ninguno es igual, hay para todos los gustos y hay que apoyar el consumo local”, finalizó.
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