La crisis en Ucrania continúa afectando la vida cotidiana de quienes aún se encuentran en el país, causando preocupaciones a los habitantes por poner en peligro su seguridad.
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En el segundo día de la guerra, una mujer ucraniana embarazada llamada Viktoria comenzaba su labor de parto durante el trayecto al hospital acompañada por su esposo, el viaje transcurrió sin problemas y de manera segura, aunque no se parecía en nada a lo que había planeado previo al nacimiento de su hijo, como detalló en un ensayo para The Guardian .
Al ingresar al hospital se encontraron con las luces apagadas, sin embargo el personal estaba dando la bienvenida a los pacientes. Lamentablemente, su tiempo en una habitación cómoda y colorida duró poco, ya que las sirenas de redada obligaron al personal del hospital y a los pacientes a esconderse en el sótano.
"El médico dijo que teníamos que ir al refugio antiaéreo. Hubo pánico porque la gente corría, ni siquiera podía ponerme los pantalones porque era demasiado doloroso", expresó la mujer.
La mujer señaló que al entrar al refugio se quedaron impresionados, pues este había sido construido en la época soviética y no había recibido mantenimiento, por lo que estaba derrumbándose, húmedo y frío.
Viktoria y su esposo se encontraban entre unas 50 personas en una sala principal, también había otra habitación pequeña, separada por una cortina de baño. Esperaba volver a subir a tiempo para dar a luz, pero cuando se rompió la fuente, la llevaron al otro lado de la cortina.
"No había tecnología médica, sólo una silla ginecológica, en ese momento no tuve miedo, confié en mi médico, lo único que tenía en mente era abrazar a mi hijo y terminar con el dolor”, dijo.
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Finalmente la pareja le dio la bienvenida a su hijo, mientras se encontraba en un lugar oscuro, frío y entre un tumulto de personas.
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"Espero que mi hijo experimente esta guerra solo a partir de historias, que nunca, nunca sentirá cómo es en la vida real. No quiero que conozca la guerra real. A pesar de la guerra, Fedor ha traído tanto amor, felicidad y amabilidad a nuestro hogar. Lo cuidamos y eso nos hace felices", concluyó la mujer.