Algo que tienen en común el Museo Soumaya, el Taj Mahal, la Tumba de Nefertiti y el Metro de la Ciudad de México es que esas obras monumentales de la ingeniería y arquitectura humana fueron dedicadas por sus creadores, o por quienes pagaron por ello, a manera de homenaje a sus respectivas esposas, obras de enorme revuelo para una mujer.

Lo increíble de esto es que el Sistema Colectivo Metro es un medio de transporte, no es un museo, un monumento o recinto donde se pueda rendir ese homenaje, pero así sucedió y fue el regalo que le hicieron a una sonorense, a la Doña, María Félix, por parte de su esposo el empresario francés Alexander Berger, así lo aseguraba ella y aquí parte de una entrevista que ella ofreció:

“Si no me lo quieren creer, nada va a cambiar entre nosotros, pero el maravilloso Metro que tiene la Ciudad de México, es mío, me lo regaló mi marido, él me dijo, tú que quieres tanto que tu país progrese y sueñas con eso y eres tan farolona y te gusta lo fabuloso, ahí te va un regalo, nada menos: el Metro de la Ciudad de México”, aseguraba la sonorense.

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Regalo cosmopolita para ‘la Doña’

En un video que nos comparte en Tik Tok la narradora Selma Loriv, nos cuenta esta increíble historia sobre una época en que el Regente de la Ciudad de México era otro sonorense, el hermosillense Ernesto P. Urruchurtu que era conocido como “El Regente de hierro”, por sus prácticas represivas ante cualquier escenario de descontento o manifestación social y ciudadana y fue quien rechazó el proyecto de este nuevo transporte en primera instancia.

“El Metro de la Ciudad de México era de María Félix o al menos así lo aseguró ella misma, pues fue un regalo de amor que le hicieron a la Doña, quien fue muy criticada por preferir vivir en Francia que en México, pero ella como siempre no se quedó callada y respondió que la capital mexicana no era cosmopolita, pues a diferencia de París ni metro tenía”, explica la tiktokera.

Fue en 1958 cuando se realizó el primer intento de crear el Metro en Ciudad de México, pero el precio era muy elevado y fue el propio Urruchurtu quien convenció al entonces presidente de la República en rechazar el proyecto por considerarlo inviable, de ese tamaño era la influencia del sonorense en la política nacional.

“Eso generó la primera propuesta para construirlos pero fue rechazada por el gobierno de Adolfo López Mateos, pues costaba muchísimo dinero, pero cuando el esposo de la Doña se enteró que ella deseaba este toque de modernidad en México, hizo todo para volverlo realidad y que el costo no fuera un problema”, detalla el video.

María Félix nunca desistió

Es muy bien sabido el fuerte carácter y lo obstinada que podía ser la diva del Cine Mexicano, por que lo que nunca quitó el dedo del renglón y finalmente convenció a su esposo, que era banquero en Francia, de gestionar los recursos necesarios para la realización de este ambicioso proyecto que en un principio utilizó tecnología francesa en donde colaboraron varias empresas, para que llegara ese sistema de transporte a la capital de nuestro país.

“Por lo que no solo se volvió a presentar el proyecto sino que el esposo de la Doña, Alexander Berger consiguió un crédito desde su país para el gobierno de México que ya encabezaba Díaz Ordaz. María Félix creía que este transporte era necesario para que el país progresara y no solo mejorara su imagen sino la calidad de vida de sus habitantes”.

El empresario francés y esposo de la sonorense María Félix se mantuvo siempre en el proyecto del Sistema Colectivo de Transporte (SCT) “Metro” hasta la fecha de su muerte en 1974 cuando ya el metro tenía 3 líneas en funcionamiento, aunque no en su totalidad como se encuentran en la actualidad, pues se fueron ampliando con el paso de los años.

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“Así que además prestó se casa para que ahí se realizaran las reuniones de planeación y finalmente la construcción del Metro de la Ciudad de México inició en la Avenida Chapultepec en 1965 convirtiendo un obsequio de amor para María Félix en un regalo para los millones de mexicanos que hemos utilizado el metro”, finaliza el video.

Finalmente los primeros vagones llegaron vía marítima desde Francia hasta Veracruz, en donde fueron transportados a la capital para inaugurar la primera línea en 1969 y de ahí el resto es historia, el de México es uno de los metros del mundo que más gente transporta diariamente, es el más grande de Latinoamérica y se destaca como el decimotercero del mundo en longitud, el que más personas transporta al año en toda América después del Metro de Nueva York y el noveno del mundo en ese rubro.

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