A lo largo de la historia, han existido personajes capaces de influenciar de cierta manera la cultura popular, para bien o para mal y eso también ha ocurrido con algunos asesinos, quienes han gozado de fama a pesar de sus actos.
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Dentro de estos casos, podemos incluir a John Wayne Gacy, quien después de su detención a finales de los años 70, se convirtió en la inspiración de muchas historias de terror, así como menciones en programas de televisión, debido a su bizarro alter ego.
Debido a su terrorífica historia y sus crímenes atroces, Netflix estrenó este 20 de abril una docuserie bajo el nombre de "Las cintas de John Wayne Gacy", donde se escuchan más de 121 minutos de confesiones, narrado por testigos y víctimas.
La infancia de John Wayne
John Gacy nació un 17 de marzo de 1942 en Chicago, Illinois en Estados Unidos, siendo el segundo de tres hermanos (ambas mujeres), siendo siempre desde muy pequeño alguien muy protegido y apegado a sus hermanas y madre.
Gacy desde joven sufrió de obesidad y era constantemente golpeado por su padre, quien era un alcohólico que abusaba físicamente de todos en la casa. Algunos especialistas han señalado que esto provoco problemas en el chico en la adolescencia durante el desarrollo de su sexualidad.
A pesar de que la infancia de Gacy no parecía tener problemas en lo financiero, los abusos de su padre le hicieron la vida complicada. Lo golpeaba constantemente, lo insultaba diciéndole que era “marica” o un “hijo de mamá”, esto a ciertos modos en su personalidad.
A la edad de 9 años, un amigo de la familia abuso sexualmente de él, mientras que a los 11 sufrió un golpe en la cabeza que le provoco coágulo de sangre que no le fue descubierto hasta los 16 años, cuando comenzó a sufrir desmayos. Se sabe que esto se debe a que su padre nunca le creyó y aseguraba que sólo actuaba para dar lastima.
De igual manera, asistió a cuatro colegios distintos, sin poder graduarse de ninguno de ellos, terminando por mudarse a Las Vegas, por recomendación de su padre, donde comenzó a trabajar de ayudante en una morgue.
Los inicios de sus crímenes
No se sabe realmente, pues Gacy jamás lo admitió, sin embargo, se especula que, trabajando en ese lugar, pudo dar rienda a sus primeras fantasías.
Aunque parezca que fue un chico poco sobresaliente, la realidad es que Gacy destacó siempre en todo aquello que realizaba. Tenía un carácter fuerte y capaz de convencer a cualquier de ser alguien apto para el trabajo.
En cada uno de las actividades que realizó o empleos que ejerció, siempre terminaba escalando y lograba los puestos más altos, era competitivo y, sobre todo, se esforzaba por estar siempre entre los mejores.
Esa personalidad lo llevo a ser alguien respetado en la sociedad, llegando también a culminar estudios en la Northwestern Business College.
Mientras trabajaba como aprendiz en la compañía de zapatos Nunn-Bush, en 1964 se mudo a Springfield en Illinois, donde fue vendedor y conoció a Marlynn Myers con quien se casó. En esos años también logró ascender a vicepresidente de una compañía.
Sin embargo, no todo era como parecía en la vida de Gacy, pues luchaba constantemente con su homosexualidad (pues él odiaba a los homosexuales por los traumas provocados por su padre) y sufría de problemas sexuales, pues no lograba mantener una erección.
En aquel tiempo, se especula que contrajo nupcias debido a esto, pero también que puede ser en esos mismos años, que haya experimentado su primer encuentro homosexual.
Los primeros indicios de que cada vez lograba menos controlar sus impulsos, se dieron a finales de los años 70, cuando en 1968 fue declarado culpable de abuso sexual a menores, a quienes invitaba a su casa a ver películas o pasar el rato, después de comprobó que les pagaba por tener sexo con ellos, hasta el grado de violarlos. Aquello termino con su primer matrimonio.
Paso un tiempo en la penitenciaria Estatal de Anamosa, lugar en el cual sorprendentemente sobresalió como un recluso modelo, incluso llegando a tener una entrevista para televisión como el modelo a seguir para los presidiarios y saliendo en 1970 bajo libertad condicional (de los 10 años que se le habían dictado).
Se casó por segunda vez, fundo su propio negocio de construcción, fue un miembro activo del Partido Demócrata, llegando incluso a conocer a la primera dama Rosalynn Carter.
Además, en sus ratos libres realizaba la actividad por la cual se le conocería en todo el mundo (aparte de sus asesinatos) en la cual se disfrazaba como el “payaso Pogo”, amenizando fiestas de cumpleaños, visitando niños enfermos y siendo un hombre apreciado por su comunidad.
John Wayne Gacy llevaba una doble vida
John había triunfado en su vida cotidiana, era trabajador, responsable, brillante haciendo negocios y con una personalidad fuerte.
Sin embargo, Gacy ocultaba un lado sumamente oscuro, pues mientras aparentaba ser un hombre destacable en la sociedad, ya sabía lo que era asesinar y era consiente del placer que esto le provocaba.
Tras su detención, confesó que el primer asesinato lo realizó en 1972, cuando apuñaló a un chico que había invitado a ver películas. Por alguna razón, abrirlo y ver cómo brotaba la sangre del cuerpo que se retorcía, le produjo un placer que jamás había sentido.
Casado y con dos hijas, Gacy da sus primeros pasos como asesino en serie. Sus impulsos sexuales eran incontrolables y su lucha interna por la atracción que sentía hacía los chicos jóvenes y su odio hacia los homosexuales, era insostenible.
Al igual que en el momento que fue detenido la primera vez, se empezó a rodear de jóvenes que buscaban empleo, ahora en su negocio de construcción, pero ahora debía ser diferente, si se iba a dejar llevar por sus deseos, no podía dejar testigos.
Con la promesa de trabajo o dinero, invitaba a jóvenes y adolescentes a su casa (el departamento para el negocio, lejos de donde vivía con su esposa), donde al momento de sentir confianza, los drogaba con cloroformo.
Primero los desvestía, los esposaba y ataba con cadenas para posteriormente torturarlos, incluso solía ahogarlos en una bañera, para después revivirlos, sólo para prolongar el tormento de los chicos.
Mientras esto ocurría, les introducía su ropa por la boca, casi hasta el esófago para evitar que ellos pudieran gritar, al mismo tiempo, los violaba en repetidas veces. Si los chicos no morían por asfixia, los estrangulaba, apuñalaba o les daba un disparo en la cabeza.
Se sabe que Gacy en un principio se deshizo de algunos cuerpos en ríos cercanos, pero tras sufrir una dolencia en la espalda, junto a lo inseguro que se sentía al salir a la calle con los cuerpos, lo hizo cambiar de método, comenzando a enterrarlos bajo su casa.
En un pequeño espacio que fungía de subterráneo en la casa, comenzó acumular los cuerpos de los jóvenes que asesinaba. Gacy, confesó haber asesinado a un total de 33 hombres entre 1972 y 1978.
¿Cómo fue su detención?
Las múltiples desapariciones en la zona tenían alertadas a las autoridades, sin embargo y como suele darse en estos casos, no contaban con evidencias sólidas, ni sospechosos.
Pero la desaparición de un chico de 15 años llamado Robert Piest, quien según la declaración de la preocupada madre, había salido a una entrevista de trabajo con un tal Gacy, terminó por encaminar a los investigadores hacía John.
Después de contactarlo e investigarlo, el detective encargado del caso descubrió los antecedentes de Gacy y su paso por la cárcel por abuso de menores, lo cual lo puso en alerta.
Al momento de revisar la casa del sospechoso, un terrible hedor a putrefacción golpeó a los agentes, que no dudaron en investigar a fondo el lugar.
En el sitio, encontraron material pornográfico, esposas, candados, cadenas y varios materiales punzocortantes, pero el hallazgo más espantoso, se dio cuando uno de los policías encontró el subterráneo.
Entre policías y voluntarios, comenzaron a desenterrar uno por uno los cadáveres que parecía no parar de salir del suelo de la casa de Gacy, los cuales fueron enumerando, un lugar que se encontraba ya rodeado de vecinos y periodistas.
Un total de 28 cadáveres fueron encontrados en la casa, mientras que otros cinco se hallaron en el río Des Plaines.
En el juicio declaró que odiaba a los homosexuales, pero que no le apetecía tener sexo con mujeres, pues con ellas debía ligar antes de consumar el acto y él era alguien ocupado, no podía tener tiempo para eso.
Sin embargo, todas sus víctimas, no presentaban indicios homosexuales y todas tenían edades entre los 14 y 21 años de edad.
Se mostró de manera despectiva por sus víctimas, casi de manera inhumana, despertando incluso la antipatía y odio por parte del jurado. Gacy no parecía darse cuenta del monstruo que era y aunque se trató de alegar locura o sexo consensuado, algo que no se otorgó.
Se le diagnosticó como un psicópata sumamente egoísta, egocéntrico y extremadamente peligroso, siendo condenado a 21 cadenas perpetuas y 12 penas de muerte.
En prisión, Gacy sólo gozó de fama, era el asesino más prolífico del país norteamericano y sus fotos vestido como payaso le habían dado la vuelta al mundo entero.
Recibió propuesta de matrimonio, vendió pinturas realizadas por el mismo. Escritores, músicos, directores de cine, todos pedían espacio para poder hablar y tomarse una foto con él, algo que parecía casi inaudito tomando en cuenta los motivos por los que fue apresado.
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A pesar de que el juicio inicio en 1980, no fue ejecutado hasta el 10 de mayo de 1994, a través de la inyección letal.
En sus últimas palabras, inmortalizaron la personalidad de Gacy, quien nunca se arrepintió de sus actos, “bésenme el c*lo”.
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