El mes revolucionario aún no termina en nuestro país, un momento tenso en la historia que marcó el rumbo a través del derramamiento de sangre y grandes movimientos.
Antes y durante aquellos años, el pueblo mexicano ya contaba con varias historias y mitos de carácter paranormal que eran de la cultura popular que se mantuvieron hasta el día de hoy y te mostraremos algunos de ellos.
Madero y su misticismo
Según contaban los medios de la época, Francisco I. Madero no sólo tenía contactos dentro de la política, pues siendo quien encabezó el movimiento que terminó convirtiéndose en una revolución en su búsqueda de elecciones libres, él tenía contactos con los muertos.
Sí, así como suena, pues el mito que se cuenta y que incluso llegó a tener espacio en los periódicos de aquellos años, Madero se comunicaba con familiares muertos, quienes le dictaban cómo actuar en varias situaciones de su vida.
Incluso, se cree que la creación del Plan de San Luis con el cual invitó a la gente a rebelarse contra el mandato de Porfirio Díaz, fue dictado por los mismos espíritus.
Hasta el día de hoy, existen más de 300 cartas con escrituras que aseguran estos hechos, llamándolo como “el loco que habla con los muertos”.
Así que ya lo sabes, probablemente, la historia y el país que conocemos hoy en día, según el misticismo, fueron ideas de espíritus.
El pozo de las cadenas
Algo que era común en aquellos años, eran los robos a mano armada en las viviendas o en medio de los extensos senderos que se debían recorrer al momento de viajar de un lugar a otro.
Las historias de los forajidos, bandidos que buscaban el bien común en un país donde el más fuerte (o acaudalado) tenía las ventajas de poder sobrevivir, por lo que los asesinatos no era algo tan extraño.
En Tecate, Baja California, existe una leyenda relacionada a este tipo de historias trágicas, la cual se cuenta desde la época revolucionaria.
Según se dice, si te atreves a preguntarle a los locales sobre el “pozo de las cadenas”, quizá más de uno pierda la compostura y se asuste un poco o bien, podría mirarte de buena gana y contarte sobre su leyenda.
Se cuenta que, durante los primeros años de la revolución, un grupo de viajeros que tenían varios días caminando bajo el sol, llegaron al pueblo pidiendo un poco de agua a un humilde campesino, quien no sólo les dio agua del pozo, sino los invitó a pasar la noche en su casa.
En medio de la silenciosa noche, un horrible grito despertó a todo el lugar, el cual provenía del pozo, pues estos viajeros eran bandidos y no sólo ataron para posteriormente lanzar al pobre campesino al pozo, sino que le arrojaron unas enormes piedras para sellarlo.
Se dice, que hasta el día de hoy, si pasas o te acercas al pozo, aún podrás escuchar los gritos de dolor y desesperación de aquel pobre campesino.
El nahual de Cerro Grande
Si eres mexicano, ¿cuántas veces no has escuchado una historia relacionada a los nahuales? Esa leyenda que cuenta sobre hombres o mujeres capaces de convertirse en animales durante la noche, historias tan antiguas como nuestra cultura misma.
Durante el conflicto armado que cambió a nuestro país, algo más allá del levantamiento tenía en vilo a la población del Este de Colima, pues los lugareños aseguraban que una criatura los acechaba en los bosques de Cerro Grande.
Sin embargo, la historia tomó otro tono conforme el tiempo fue pasando, pues se dice que una joven fue quien la dio a conocer en primer lugar, una que relacionaba a un hombre o algo parecido.
Se cuenta que en aquella zona vivía un escurridizo ladrón llamado Teodoro Alonso, el cual era conocido como el “Indio Alonso”.
El “Indio” era sumamente escurridizo y siempre encontraba la manera de salir impune de sus robos, pero todo parecía indicar que había algo más siniestro en ello.
Aquella joven que contaba la historia, decía que este ladrón había hecho un pacto con el diablo, dándole el poder de convertirse en animal y así lograr huir de las autoridades cuando cometía crímenes, es decir, era un nahual.
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Alonso tenía cautiva a la joven, sin embargo, un día cayó sumamente enfermo, dejándolo en cama, la chica aprovechando este momento de debilidad, le cortó el cuello y huyó, contándole esta historia a todos en el pueblo.