Micaela de la Maza es una gran amantede los animales. Ella y su perro Colega siempre handisfrutado juntos de su tiempo libre pero, a veces, resultabacomplicado. “No había información fiable sobrelugares de ocio para ambos; así que cuando viajaba meencontraba, como todos los dueños de perros, pasando fríoen alguna terraza”, comenta.
Así es como hace cincoaños se lanzó a la aventura de crear el primer directoriodogfriendly en su país, España, al que llamoSrPerro , que ofrece información paradisfrutar junto a tu mejor amigo en diferentes ciudades de esepaís europeo. “El objetivo es fomentar el ocio conperros y facilitar la vida a quienes disfrutan el doble cuandopueden hacerlo en compañía de sus canes”,asegura.
Restaurantes, cines,peluquerías, hoteles, transportes, playas, casas rurales,tiendas o balnearios, son algunos de los lugares donde pasarlo bienjuntos. Además la web y la app móvil ofrecen consejossobre educación canina, leyes y proyectos solidarios.
Nacido del corazón
En el Reino Unidos son habitualeslas residencias de ancianos petfriendly ; en Francia yBélgica puedes acudir con tu perro a restaurantes, centroscomerciales o farmacias y en la mayor parte de la zona norte delcontinente europeo las mascotas viajan en el transportepúblico sin bozal ni jaula, independientemente de sutamaño.
Micaela recuerda que “cuandose permitió el acceso de perros en el metro de Barcelona, searmó un gran revuelo y lo mismo en Madrid, donde ademásestán relegados al último vagón. Al comprobar que nogeneran problemas, todo volvió a la normalidad”.
Asegura, además, que el mayorproblema está en los viajes de grandes distancias donde losperros no pueden viajar, dependiendo de los países.
“Los carteles de prohibidoperros son un termómetro de cómo se ve a los canes encualquier lugar; son un detector express de lugares que no quieroconocer. Los sitios donde son simpáticos con los perros, loson también más con los humanos”, aseguraMicaela.
Igualmente destaca que “hayempresas que no tienen nada que ver con los animales y seinvolucran para compartir un mensaje a favor de la adopción;algo común en otros países. Se alían con algunaprotectora y crean campañas que fomentan elacogimiento”.
Dependiendo de las ciudades existenlugares que permiten la compañía de amigos animales,desde librerías, tiendas de moda, de bisutería o localesde comida.
En el programa DOGspital, lospacientes ingresados en el hospital Can Misses de la islaespañola de Ibiza pueden recibir la visita de sus animales. Aligual que sucede en algunos centros de Canadá o EstadosUnidos, reconociéndose de esta manera los beneficios y laimportancia de nuestras mascotas en la salud humana.
Para Micaela, además ·sonmuy necesarias las charlas en colegios para enseñar ainteractuar con los canes y garantizarles bienestar. Es lo que a lalarga logrará el cambio. Y hacen falta leyes que les proteja.El maltrato es demasiado común y pocas veces se castiga. Esdramático que España siga siendo líder en elabandono animal”.
Amigos hasta el final
En la Residencia Barcelona de lacapital catalana, desde 1993 abrió sus puertas a los ancianosy a sus mascotas, bien en modo visita o como alojamiento.
Perros, gatos, tortugas,pájaros o peces han vivido en sus instalaciones como unomás, alegrando a los inquilinos, ya que mejoran lasociabilización de los mayores, evitan traumas deseparación y les hace sentirse útiles.
Según asegura su directora,Silvia LLuch: “los animales siempre se adaptan bien porqueellos están felices donde estén sus dueños”.Además, también los trabajadores pueden llevar a susanimales. “Los que tenemos animales sabemos lo que significapoder ir juntos a todos los lados”, sentencia Lluch.
Tal es su amor hacia los animalesque “ante el fallecimiento de un residente, el centro seencarga de buscar un dueño adecuado al animal, pero hastaentonces, vivirá en la residencia”, asegura ladirectora.
La sociedad progresa hacia un futuromás respetuoso con los animales, aún así, Micaelarecuerda que “no todos están preparados para teneranimales. Es una decisión que hay que meditar mucho, siemprepensando en el bienestar del animal y no en cómo tealegrará la vida o cuanta compañía te hará. Aveces no nos los merecemos”, concluye.