Son parientes de las marmotas y las ardillas y son muy famosos porque emiten un grito muy fuerte que parece más humano que animal, que en realidad es una señal de alerta para sus compañeros de manada, para advertirles la presencia de algún depredador, así es como se comunican los llamados “Perritos de la pradera”.
En México existen dos especies, una de ellas es endémica y se denomina perrito llanero mexicano (Cynomys mexicanus) y se ubica en los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas y se encuentra en peligro de extinción. La otra especie es el perrito llanero de cola negra (Cynomys ludovicianus) y lo encontramos en el norte de Chihuahua y Sonora, y en específico, en la cuenca del río San Pedro al norte de Sonora, se mantiene a la única manada de Perritos en todo el estado.
Por muchos años se le consideró una especie de plaga para los cultivos y fue así como fue descendiendo su población, pues era atacado por los agricultores, sin embargo, se ha comprobado que su presencia ayuda al medio ambiente, pues sin él, buena parte de los llanos donde habita estarían secos, pues al cavar sus madrigueras renuevan los suelos, los oxigenan y aumentan la infiltración del agua.
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En Sonora y gracias a la asociación civil Naturalia, se mantiene bajo resguardo, la que se considera la última familia de Perritos de la pradera cola negra de todo el estado, quienes por más de 15 años se han preocupado en preservar esta especie que ha bajado su población dramáticamente en los últimos años pues cuenta con muchos depredadores, como coyotes, zorras, gatos monteses, tejones, aves rapaces y serpientes de cascabel.
Naturalia desde 1990 viene trabajando en diferentes proyectos de conservación de especies y ecosistemas y su labor de protección ha consistido en complementar la dieta de los roedores y monitorear la población para determinar su crecimiento, pues a pesar de que ha aumentado el número de perritos, aún siguen en peligro de extinción.
Después de las intensas sequías, las lluvias que empiezan a caer permiten la disponibilidad de gran variedad de pastos y vegetación, justo a tiempo para dar sustento a las crías que comienzan a salir de las madrigueras a principios de junio; sin embargo, cuando la disponibilidad de alimento es mínima, les han proporcionado suplemento alimenticio intentando en todo momento proteger esta especie muy propia de Sonora.
Diferentes proyectos de rescate de Naturalia
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