Desde hace siete años, Eduardo se ha dedicado a la venta de productos comestibles en la Ciudad del Sol, desde pequeño ha mostrado el interés en el emprendimiento y todo lo relacionado con los negocios, por lo que se ha preparado personal y profesionalmente para crear su propia empresa.
Eduardo García García es originario de Hermosillo, tiene 25 años de edad y estudió la Licenciatura en Comercio Internacional, ha tomado distintos cursos relacionados con las ventas, asimismo estudió un diplomado en dirección estratégica, que le ayudó a visualizar su proyecto.
“En la familia de mi papá son productores de cacahuates en Sinaloa, entonces se me presentó la oportunidad de comenzar a distribuirlo en Sonora; en 2012 cuando estaba en la preparatoria vendía cacahuates con chiltepín con mis conocidos”, mencionó.
El negocio fue creciendo hasta lograr vender el producto en 26 establecimientos de la ciudad, ante el gran impacto de 2017 se incluyeron nuevos sabores para seguir cautivando el paladar de los clientes y así ser reconocidos por su sabor y calidad.
Fue en el año 2019 cuando Eduardo decide dejar el negocio y viajar a Estados Unidos para seguir preparándose, a finales de año regresa y comienza a idear una estrategia para iniciar con su propio negocio.
Fue así que en el mes de julio lanzó el producto con su propia marca y diseño, así nació Pifus una empresa que distribuye cacahuate en distintas presentaciones, con una amplia gama de sabores entre ellos chiltepín, chiltepín con limón, salados, limón, garapiñados de fresa y cappuccino e incluyó frutos deshidratados.
El nombre de la empresa fue pensado en su infancia y las personas que fueron parte de ella, pues la abuela de Eduardo llamaba Pifus al postre después de la comida, una palabra original y creada ella.
“Recuerdo que mi abuela, desde niños, utilizaba una palabra después de comer que era Pifus que se refería a los snacks, galletas, nieve o algún postre, se me hizo algo original, me metí a buscar si existía la palabra o algún negocio tenía ese nombre pero no lo encontré y dije ‘qué auténtica mi abuela’, porque es algo muy original y de familia”, compartió.
Actualmente cuenta con 15 productos distintos a la venta, los precios de estos pueden variar desde los 20 hasta los 150 pesos de acuerdo a las presentaciones, el joven se encarga del empaquetado, distribución, venta y todo lo relacionado.
“Ha sido difícil porque estamos viviendo una nueva modalidad y la gente desconfía, más si son productos que se venden en la calle, pero siempre hago hincapié que son productos que se venden en muchas partes para que vayan conociendo el producto”, señaló.
Poco a poco el joven emprendedor va incluyendo su producto, desde la venta en las calles como visitar cada establecimiento ofreciendo sus cacahuates. Incluso, le gustaría posicionar las botanas para que sean la primera opción al momento de tener sus reuniones.
Para adquirir alguno de su productos puedes visitar sus redes sociales en Facebook e Instagram como Pifus y hacer sus pedidos por las páginas, también cuentan con servicio a domicilio en toda la ciudad.