Muchas veces, caminamos por las ciudades sin tener conciencia o investigar qué hubo en esos espacios, donde vamos dejando una huella.
También hay ocasiones en las que pensamos que la historia es sólo aquel suceso que queda registrado en libros o como un documento de divulgación. Sin tomar en cuenta que nuestras acciones, sus consecuencias, o eventos de los que somos testigos, son parte de historias particulares, reservadas o para un grupo específico.
Cuando caminas por tu entorno, ¿has reflexionado sobre lo que ha pasado por ahí? Probablemente recuerdes que eras un niño y te encontraste una moneda o una canica; o cuando eras adolescente, que corriste con tus amigos tocando puertas o timbres, o quizás caminaste de la mano con alguien de quien guardas un recuerdo… ¡Ves! Eso también es historia.
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Piensa, ahora, en la magnitud de historias que conservan espacios públicos como plazas, parques, museos y un gran número de edificios.
En el Hermosillo del ayer
Una muestra de lo anterior quedó plasmada en una fotografía que publicó en su cuenta de Facebook el cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda Lagarda.
Se trata de una escultura que se hizo para recibir a esta ciudad al presidente de la República Adolfo Ruiz Cortines, transcurría el año 1957. Es la representación de la tradicional Danza del Venado, rodeada por banderas de distintos países.
De hecho, los registros de visitantes destacados a Palacio de Gobierno, señalan que en 1957 el presidente Ruiz Cortines estuvo ahí. No hay información sobre el motivo de la escultura, quizás el mandatario estuvo ahí, o sólo la pusieron a su paso.
Esta escultura estuvo donde hoy es la plaza dedicada a Rodolfo Campodónico, el compositor del Vals Club Verde en 1901.
Ignacio Lagarda explica que la escultura estaba ubicada entre la cara norte del edificio del Banco de México y el Edificio Peralta, ubicado en la calle Pedro Moreno y Segunda de Obregón (que es una continuación de la calle Serdán rumbo al poniente).
La fotografía está tomada desde la esquina de Rosales y Serdán (recuerden, en 1957), donde probablemente estuvo la puerta del restaurante Vips, en la planta baja del Hotel San Alberto (a principios de los años 2000). También pudo captarse desde la esquina en la que estaban las oficinas de Correos de México, frente al hotel.
Entre las reflexiones que pueden surgir al ver esta imagen está que, en los 66 años que han transcurrido de esa imagen, el sitio ha tenido algunas modificaciones, entre éstas las dimensiones de la plaza y el cierre de la calle que pasaba justo frente al edificio del Banco de México, donde se juntaron la plaza y la banqueta del edificio donde ahora se hacen gestiones de la Secretaría de Hacienda estatal.
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En el post de la imagen, el cronista señala que no hay información sobre dónde pudo quedar esta escultura. En cambio, el busto de Rodolfo Campodónico, El Champ, está en la pequeña plaza desde 1940.
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