Decir “no” en un ambiente de trabajo puede generar muchos nervios o estrés, sobretodo si eres nuevo o sientes que no has destacado mucho en tu tiempo laborando. Esto también puede provocar pena, vergüenza o falta de obligación y compromiso.
A pesar de que un “no” puede sonar agresivo en tu cabeza, hay varias maneras respetuosas de dar una negativa, a tu jefe o a compañeros de trabajo.
En el caso de las mujeres esto es un problema mucho mayor que al de los hombres en los espacios de trabajo, pues según la economista Lise Vesterlund, las chicas optan por no decir que no.
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La profesional argumenta que esto sucede en un 50% más que en el caso de su contraparte varón ¿pero a qué situaciones se refiere Lise? A tareas delegadas exactamente, como tomar nota en una junta o dar alguna inducción a un nuevo compañero.
Esto aleja a las mujeres de prestar más atención y ser más activas en su trabajo, pues estas actividades las alejan de su verdadera labor.
La economista dice que hay dos formas de revertir tal fenómeno cultural, una de ellas es decir que no explicando qué tareas vas a desatender, y que ello afectará tu propio trabajo y como consecuencia, la empresa tendrá pendientes acumulados repercutiendo negativamente en la organización y productividad.
Otro punto, es negociar lo que te solicitaron, es decir que podrías pedirle a tu jefe directo que delegue la responsabilidad pero por turnos, por ejemplo si hay que tomar nota, que semanalmente sea alguien diferente.
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Esto es para reducir la inequidad de género, imperante en algunos ambientes de trabajo, donde todavía se aprovechan de la mujeres para unas actividades que el hombre no haría o hace poco.
No tengas miedo a decir que no, esto a la larga será positivo, más aún en tu trabajo, ya que podrás destacar sobre los demás por tu rendimiento.
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