Seguro que has escuchado que es beneficioso comerse la placenta o al menos, haber leído por ahí de gente que lo hizo y lo recomienda. Se le llama placentofagia al acto de ingerir el órgano después del pacto.
Lee también: ¿Puedes ver un óvulo a simple vista? Este video te volará la mente
Esta práctica se ha extendido poco a poco en diversos países debido a que es positivo para la madre, por ejemplo se dice que mitiga la depresión postparto, reduce la hemorragia tras el nacimiento del bebé, aumenta la energía y el estado de ánimo.
La Doctora Cleofina Bosco, académica del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo del Instituto de Ciencias Biomédicas, publicó el artículo “Placentophagy: a controversial trend”. en el prestigioso International Journal of Research in Medical Sciences, texto en el que sentenció “no existe ninguna demostración científica publicada que demuestre que comerse la placenta tenga algún beneficio para la madre o el niño.
Añadió que al contrario, se pueden producir infecciones e intoxicaciones por metales pesados. La placenta nutre al feto en crecimiento mediante el intercambio de nutrientes y oxígeno, la filtración de desechos se da a través del cordón umbilical.
“Los filtros de agua que hay en las zonas rurales; a nadie se le ocurriría ir a rasparlos para comerse el contenido que ha quedado retenido, pues así es la placenta, pero en función del flujo sanguíneo que va de la madre al feto”, indicó la Doctora Bosco.
Una de las complicaciones que podría surgir a partir de la ingesta de placenta, es que no se conoce en qué condiciones está. Últimamente se ha demostrado que las células de este órgano expresan priones normales en su membrana plasmática.
Los priones normales presentan una configuración de proteína alfa hélice; en cambio los priones infectantes tienen una configuración de proteína beta que no puede degradarse, se acumula y conlleva a la muerte celular. Los priones infectantes transforman todas las proteínas priónicas alfa en beta, por tanto infectan sin corresponder a un virus o una bacteria.
¿Quieres recibir noticias directo en tu celular? Suscríbete aquí a nuestro canal de WhatsApp
La Doctora comentó que hasta el momento, nadie sabe con certeza cómo un prion normal ya existente, se convierte en un prion infectante capaz de formar “agregados moleculares aberrantes en células nerviosas”.
Otra complicación que podría darse es que la placenta tiene una gran cantidad de hormonas, como estrógenos que pueden producir tromboembolismos en la madre. De igual manera al ser un filtro, no deja pasar plomo y arsénico, lo que implica que su consumo puede causar intoxicaciones.
Por último, respecto a si puede existir algún beneficio por la ingesta de placenta, Bosco aseguró que no hay ninguno comprobado en humanos. Solo las ratas (según investigaciones) que se comen este filtro natural tienen una disminución de dolor postparto, y también un efecto positivo respecto al sangrado. Sin embargo, esto no se extrapola a nuestra especie.
Mantente informado y síguenos en Google News