Con la llegada del calor a quién no se le antoja una cerveza sudando de fría para combatir las altas temperaturas, pero quien no ha comprado uno de estos productos fuera del refrigerador, por lo que alguna vez hemos recurrido al congelador para acelerar el proceso de enfriado, pero piénsalo dos veces antes de hacerlo pues a tu bebida podrían pasarle procesos nada favorables.
Y es que, aunque al momento esto pareciera una idea perfecta pues se obtiene la temperatura deseada en tan poco tiempo, lo cierto es que esto puede provocar que se den variaciones en el sabor y la calidad del producto, pues podría pasar de ser un fresco líquido con peculiar espuma a tener una textura grumosa, además de que incluso puede explotar si excede del tiempo.
Esto se debe a que uno de los principales compuestos de las cervezas es la levadura, cuyas células se debilitan e incluso llegan a morir ante temperaturas extremas, hecho que podría alterar el sabor al hacer contacto del líquido con el paladar, esto sumado a que también podría perder sus niveles de carbonatación, es decir que se irán sus burbujas.
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A este proceso se suma la modificación de las proteínas que la componen, además de que se suma el hecho de que los líquidos sufren una expansión al congelarse a diferencia de las bebidas con alto grado de alcohol que no sufrirán este proceso, en tanto que en lo que refiere a las latas y caguamas se ejerce una presión que puede hacer que se selle o estalle.
Cabe señalar que la cerveza tarda más tiempo en congelarse debido a su contenido de azúcar, por lo que este proceso suele darse mediante una separación con copos congelados, por lo que si tu bebida aún no está en su punto puedes recurrir a colocar en una hielera una mezcla de agua, sal y hielos, mediante la que podrás acelerar este proceso.
¿Por qué la cerveza se quema o se "azorrilla"?
Otro de los terrores de los amantes de la cerveza es que esta bebida se “queme” o se “azorrille”, lo cual consiste en que después de un rato de abrirla presente un sabor amargo y desagradable, al grado que su nombre proviene de que se equipara con el fétido olor que producen los zorrillos mediante las glándulas de la sustancia llamada Tiol Azorrillado.
De acuerdo con los especialistas, este efecto no se da por el paso de la cerveza por diversos cambios de temperatura, sino porque se expone de manera directa o indirecta a la luz del sol, por lo que entre mayor sea la exposición, mayor será la penetración de este sabor debido a los cambios en el lúpulo que se encuentra en la espuma de la bebida.
Esto se debe a que este compuesto contiene un componente fotosensible llamado isohumulona, el cual al ser expuesto a los rayos del sol se degrada y produce moléculas de sulfuro; en lo que respecta a las medidas que puedes seguir para que este efecto se dé se encuentra principalmente el no exponerla al sol, mantenerla fría y el más sencillo de todos es beberla rápido.
Publicado originalmente en El Sol de Puebla.