Tras la reciente polémica por el caso de la hermosillense Mariana Ruiz, donde aseguró ser víctima de gordofobia por parte de usuarios de las redes sociales, se abrió un debate en los medios de comunicación sobre el suceso, donde incluso la afectada tuvo que subir un video para responder.
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Esta controversia surgió porque a la joven no querían dejarla pasar a un conocido restaurante del municipio por su vestimenta, el día de su cumpleaños; sin embargo ella afirmó que esta situación se dio por su cuerpo y no tanto por su ropa: “Si yo hubiese sido delgada y con la misma ropa, nada de esto hubiera ocurrido”, sentenció.
Según el Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación (Conapred), la gordofobia es la discriminación que viven las personas con obesidad por el hecho de tener esta enfermedad. El origen del concepto viene de la expresión en inglés fathphobia.
“La gordofobia es un fenómeno sociocultural, económico y político, que está cargado de prejuicios valorativos, incitadores de odio contra los cuerpos que no entran dentro de los cánones corporales normativos” declaró la Conapred en un comunicado para concientizar a las personas.
En México, el 20.2% de la población de 18 años o más, aseguró haber sido objeto de discriminación en el año 2017. Los motivos son variados, pero los principales son por la “forma de vestir” o arreglo personal, el peso o estatura, la edad e inclusive las creencias religiosas.
En la Ciudad de México, el 27.6$ de los ciudadanos reconoció que alguna vez habían sido discriminados, de este porcentaje las personas indicaron que ocurrió en la calle (28.5%), en el trabajo (24.6%), en la escuela (11.2%), en el transporte público (11.1%) y en alguna institución pública (7.7%).
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En cuanto a las consecuencias socioeconómicas de esta discriminación, el más grave es la limitación en el acceso a derechos, asimismo este ambiente perjudicial genera problemas en la salud mental.
A su vez, las personas que padecen obesidad y sufren discriminación por ello, tienden a que se odien a sí mismas y atenten contra su propio cuerpo. Los desórdenes alimenticios, anorexia, bulimia y “trastorno por atracón” son también consecuencias alarmantes.
Niñas y mujeres, blanco de violencia estética
Otro de los temas que rodean el caso de Mariana, es la violencia estética, pues aunque afecta a todos, tiene un mayor peso sobre las mujeres. La apariencia física es la principal causa de acoso escolar, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de 2019.
Violencia estética también sufren también las niñas y mujeres que no encajan con los lineamientos de los géneros dominantes, pues se separan de los estereotipos de masculinidad y feminidad.
La violencia surge como la imposición del ideal de belleza, es decir: la sociedad impone que las mujeres deben tener tal peso, tal estatura o vestir de cierta forma.
Esto es de gran preocupación para la Unesco, pues las redes sociales y el uso diario de los celulares ha potenciado la inseguridad que se tiene sobre el propio cuerpo, generando estrés, depresión y ansiedad.
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