Durante las últimas semanas el papa Francisco se ha convertido en uno de los defensores más importantes de la vacunación contra el coronavirus a nivel mundial, criticando abiertamente a los que evitan y convencen a otros de evitar la aplicación de esta medida.
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El Sumo Pontífice ha declarado en varias ocasiones a favor del poder de las vacunas para combatir la pandemia, mientras que no comprende a los antivacunas que por diversas razones han decidido abstenerse de participar en este proceso.
Hace unas dos semanas se estrenó el libro “Más allá de la tormenta”, dedicado a las reflexiones del papa durante la época de pandemia según lo recuperó el periodista Fabio Marchese Ragona; fue en este libro donde el representante de la iglesia dió también su apoyo y agradecimiento a los médicos y personal de salud de primera línea.
El papa señaló que luego del desarrollo y aplicación de las vacunas, ahora la prioridad para el mundo será el hacer que estas se apliquen de manera equitativa a la población más allá de los “caprichos” que pueda tener cada persona, como ponerse una u otra dosis. De igual manera continúa instando a que estas sean completamente gratuitas para todos.
Más recientemente grupos antivacunas, entre los que se encuentran muchos católicos (como reiteró el papa), fueron señalados como “desconcertantes” por la misma autoridad religiosa, quien recordó que la humanidad tiene “una historia de amistad” con estos fármacos que se extiende incluso antes de que él mismo fuera niño, cuando recuerda todos estaban vacunados contra enfermedades como la poliomielitis y el sarampión sin que existieran grandes movimientos en contra.
Como un ejemplo de los movimientos antivacunas llegando a la Santa Sede, Francisco mencionó a un miembro del Colegio Cardenalicio, de los pocos miembros que se oponen a las vacunas, que cayó hospitalizado por el coronavirus.
"Vacunarse, con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, es un acto de amor. Y ayudar a que la mayoría de la gente se vacune es un acto de amor. Amor por uno mismo, amor por la familia y los amigos, amor por todos los pueblos. El amor es también social y político, existe el amor social y el amor político, es universal, siempre desbordante de pequeños gestos de caridad personal capaces de transformar y mejorar las sociedades", declaró a través del portal oficial de noticias del Vaticano a mediados de este mes.
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A sus 84 años de edad Francisco recibió la vacuna de Pfizer contra el coronavirus, lo cual lo ha llevado a reanudar algunas de las actividades que realizaba previo a la pandemia. Desde entonces ha realizado varias acciones para aumentar la confianza del público en esta medida, especialmente en Estados Unidos donde el escepticismo por esta medida es más grande.