¿Qué pruebas hay de la existencia de Cristo? 

Alberto Maytorena

  · sábado 23 de diciembre de 2017

||Segunda parte de cuatro||

¿Qué pruebas hay de la existencia de Cristo?  Obviamentecontamos con los testimonios de los evangelios, que no son cuatro,sino diez por lo menos, además de las narraciones de historiadoresde la época: Flavio Josefo, los Plinios, Tácito, Suetonio yFilón.  El más auténtico es Flavio Josefo, quien no conociópersonalmente a Jesús pero tuvo información de primera mano desus discípulos.  La primera referencia no cristiana aparece en ellibro “Antigüedades de los Judíos”, de Flavio Josefo, quiendice: “...por aquel entonces vivía Jesús, un hombre santo, sies que puede ser llamado hombre, pues realizaba cosas maravillosasy enseñaba a los hombres y recibía gozosamente la verdad.  Y fueseguido por muchos judíos y muchos griegos.  Era el Mesías”. Flavio Josefo, entre paréntesis, era un judío llamado en realidadJosé Ben Matatías, diestro en el manejo de las armas y quienfuera general del ejército judío. En alguna ocasión, hacía elaño 55 de nuestra era luchó, defendiendo a su pueblo, contra losinvasores romanos comandados por el general Vespasiano.  Josefo,derrotado, le pronosticó a su vencedor que con el tiempo seríaemperador de Roma. Eso le valió que, posteriormente, el emperadorFlavio Vespasiano lo llevara a vivir a Roma, le hiciera acreedordel regio nombre de su familia Flavia, lo instalara como cronista,y fuera un historiador privilegiado.  Escribió mucho sobre lascostumbres y los sucesos del primer siglo de la era cristiana. Murió en Roma hacia el año 100.  En “Antigüedades de losJudíos” narra acontecimientos a los que tuvo acceso en la zonade lo que hoy llamamos Medio Oriente.

Otras fuentes históricas son los cuatro evangelios que hanllegado a nosotros y que son sobrevivientes de un número mayor delibros del primer siglo. Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucasson sinópticos, o sea que su contenido y episodios pueden serordenados en columnas paralelas y vistos conjuntamente; fueronescritos en griego Koiné, del habla popular y no eran un modelo deperfección gramatical. Sin embargo la naturalidad y fuerza de suestilo sencillo, la viveza de sus antologías y escenas; la hondurade sus sentimientos y la intensa fascinación del relato danincluso a los toscos originales un encanto sin par que algunastraducciones han realizado. Las obras originales fueron escritasentre los años 60 y 120 de nuestra era, y por eso se han vistoexpuestas durante siglos a errores en la transcripción y aalteraciones para acomodarse a ideas teológicas o a lospropósitos de la época del copista.

Marcos compuso su evangelio con recuerdos que le comunicóPedro; transcribió los logia , que son una colección dedichos de Jesús en arameo.  Este evangelio de Marcos que hoyconocemos fue puesto en circulación cuando todavía vivíanalgunos de los apóstoles o discípulos inmediatos.  Puede decirseque el evangelio de Marcos es en lo fundamental “historiaauténtica”.

Por encima de los otros evangelistas, Mateo concede másimportancia a los milagros atribuidos a Jesús y revela unsospechoso empeño en demostrar que muchas profecías del AntiguoTestamento se cumplieron en Cristo.  Es el más conmovedor de loscuatro y merece lugar especial entre las obras literarias.

El evangelio de Lucas fue compuesto en la última década delsiglo primero, y coordina y armoniza los primitivos relatos sobreJesús, y tiene por objeto la conversión, no de judíos sino degentiles.  Con toda probabilidad Lucas, quIien era médico, fueamigo de Pablo y autor también de los Hechos de losApóstoles.

Finalmente el evangelio de Juan no pretende ser una biografíade Jesús, sino una presentación de Cristo desde el punto de vistateológico, como el creador del mundo y redentor de la humanidad;está en contradicción con los evangelios sinópticos en numerososdetalles y en la pintura general de Cristo. (continuaré)

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