México es un país que se caracteriza por el uso de frases y refranes populares para hacer referencia a diversas circunstancias de la vida diaria; con uno podemos dar sentido a distintos hechos.
Sonora también tiene su propio idioma para expresar distintas situaciones, describir personas, momentos o emociones.
Entre las frases populares que usamos se encuentra la de “chupar Faros”, ¿la conoces o la has usado?
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¿Qué significa chupar Faros?
Por lo general cuando utilizamos la frase “ya chupaste faros” es para referirnos a alguien que fracasó en el intento de algo, que terminó con algo o que su ciclo ha concluido.
Sobre este término se tiene registro a partir de la Revolución Mexicana, el sitio es.wiktionary.org señala que a los condenados a muerte se les permitía fumar un cigarro, como si se tratara de su último deseo y las leyendas urbanas suponen que se trató de uno de la marca “Faros” porque ha sido una de las más populares.
Aunque podría tratarse de un mito que ha pasado por generaciones y se ha magnificado porque la empresa Tabacalera Nacional, la que comenzó a producirlos, lo hizo hasta 1918, cuando los enfrentamientos para derrocar al porfiriato estaban casi a su término, y estos cigarros comenzaban a tomar su vuelo de popularidad, consagrándose como cuatro años después.
En resumen, si chupar Faros hace referencia al términos de ciclos, también se incluye el de la vida; de nadie será extraño que para anunciar una muerte se diga que una persona “chupó Faros”, aunque en tiempos de la revolución era para referirse a alguien que ya había sido fusilado o ajusticiado.
¿Cómo eran los Faros?
Además de ser unos cigarros populares y económicos, a los que accedía “la clase humilde”, los cigarros Faros se caracterizaban por envolver el tabaco en papel arroz, que le daba una característica especial al darle la calada y producir el humo. Se dice que los primeros estaban envueltos en hoja seca de maíz.
¿Qué pasó con este producto?
Debido a las advertencias sobre el consumo de tabaco y de las afectaciones en la salud que tiene, incluso, el uso del cigarro electrónico, los cambios de hábitos de consumo y la promoción de llevar una vida saludable; el cigarrillo ha tenido sus altibajos.
La prohibición para anunciarlos en cualquier medio electrónico e impreso y la legislación para que la gente tenga espacios muy delimitados para fumar, han causado estragos en la industria tabacalera, por ello podría decirse que esta marca también chupó Faros.
La marca mexicana desapareció en 2018, fue absorbida por Chesterfield; el consumo en personas adultas disminuyó y las nuevas generaciones, los millennials, no fueron capturados por lo que pudo quedar de mercadotecnia de la fábrica, quizás tampoco por el sabor ni la popularidad de los cigarros.
Quizás ahora no tendrían el bajo precio, como en sus inicios y, seguramente, su empaque estaría plagado de etiquetas, sellos y de imágenes demostrativas de lo que produce el tabaco.
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Aunque en plataformas virtuales haya cigarros Faros en venta, con cajas metálicas y un alto costo, tal vez solo para nostálgicos y coleccionistas. ¿Comprarías una cajetilla sellada por la cantidad de 2 mil 200 pesos?
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