Actualmente tienen dos puntos importantes donde habitan, en Punta Chueca en el municipio de Hermosillo y en Desemboque en el de Pitiquito, aunque se tiene registro que en el pasado había más asentamientos de los Seris, pues se han encontrado rastros de su cultura en montañas y cuevas por una buena extensión, la más famosa de todas es “La Pintada”, a 50 kilómetros al sur de la Capital de Sonora.
El Territorio Comcáac antes de la llegada de los españoles, tenía como límites naturales el mar por un lado y al sur limitaba con el río Yaqui y al norte con el desierto de Altar, y además de la costa, ocupaba islas cercanas como Tiburón, San Esteban, Patos y Alcatraz, siempre fueron un pueblo nómada cuya movilidad giraba en torno a los recursos acuíferos y a los ciclos de la flora y fauna básicos para su supervivencia.
Y aunque no es un arqueólogo como tal, pero sí un explorador nato, el fotógrafo conocido como Rada SC (SC de San Carlos), pues esa es su base y la zona que más ha recorrido, encontró en algunas partes montañosas y en unas cuevas, algunos vestigios del paso de elementos de la cultura Seri por aquella zona y que al parecer tienen 300 años de antigüedad.
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Presencia de Seris en Guaymas
“Está increíble, está sorprendentemente bonito”, fueron las palabras del fotógrafo sonorense, mientras preparaba su cámara para llevarse un fiel testimonio de todas esas pinturas encontradas y así lo escribió en su publicación en sus redes sociales: “En los cerros de Guaymas y Hermosillo se encuentran vestigios de la cultura Comcáac (Seris) que muestran las interacciones y batallas que tuvieron contra los invasores Españoles”, detalló.
Pareciera increíble que después varios siglos esas pinturas se mantengan a la vista y aún se distingan y eso debe de ser por la conjugación de diferentes factores, como el respeto que quienes las hayan visto antes no las dañaron, que su ubicación sea específica para que la misma naturaleza no las dañe y finalmente, que los materiales que usaron para pintar eran de buena calidad y bien preparados, los pigmentos naturales por su puesto.
“Pinturas de los Seris de cuando enfrentaron a los españoles en Sonora en los 1700. Debe de corresponder a Venus por su tamaño, por su brillantez, entre caguama y humano, pero con una especie de rayos ahí en la cabeza y abajito hay alguien como a caballo, hay un jinete que pareciera estar domando al caballo y luego un venado ya para cazar y más soles aquí. Podría significar la viruela y el chaman tranado de ayudar y el hecho que esté así en negro, es porque probablemente no les fue muy bien. Aquí hay un jinetes con lo que posiblemente pudiera ser una espada”, se distingue la voz de un guía que va platicando con los visitantes.
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Las imágenes son reveladoras y si hay figuras equinas sí corresponden al periodo de la conquista, puesto que en América no había caballos y fueron los europeos quienes los introdujeron de este lado del Atlántico, junto con algunas enfermedades que también dejaron aquí de herencia como la viruela.
Efectivamente se distinguen esas figuras de las que platican en ese paseo, que como ya sabemos en esa zona contigua a Guaymas, atrás de San Carlos hay una franja montañosa donde hay muchos cañones y cuevas que en su momento sirvieron de guarida para los viajeros y exploradores de siglos atrás de esos pueblos como los Seris, pero también los propios Pimas y Yaquis, en busca de recursos para alimentar a sus tribus.
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