Una de las tradiciones más antiguas entre los sonorenses es la fiesta de San Juan, misma que tiene la particularidad de arrojarse con agua entre las personas que acostumbran celebrarlo, informó Ignacio Lagarda Lagarda.
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El cronista municipal declaró que este día se refiere a San Juan el Bautista, quien es descrito en la Biblia como el primo de Jesús, quien que lo bautizó sumergiéndolo en el Río Jordán, forma bautizo que hasta el momento lo usan algunos bautistas, naciendo así la tradición de mojar a las personas durante estos festejos.
“Eso significa cuando uno se echa agua, se moja para bautizarse, aquí no hay ningún río para meterse, entonces esa necesidad la trajeron los sacerdotes que vinieron y evangelizaron esta región, esa ceremonia de San Juan quedó muy arraigada en los indios mayos, ellos lo festejan, se les llama ‘Los sanjuaneros’, que son los que se dedican a la preservación de esa costumbre”, señaló.
Asimismo, mencionó que ellos llevan a cabo una ceremonia en el Río Mayo, ubicado en el Pueblo Viejo de Navojoa, así como algunos indios mayos bautizan de esta manera, una costumbre que se quedó desde la evangelización que recibieron de los misioneros jesuitas.
Detalló que además de estas celebraciones, existe la creencia dentro de la religión cristiana de que las personas que nacen en este día tienen el don de curar a los niños que son “pujones”.
“Esas tradiciones tan antiguas tenemos que preservarlas, creamos o no creamos en ellas, seamos o no seamos cristianos, cada región tiene sus propias celebraciones, pasaron de ser creencias a ser costumbres y tradiciones y tenemos que preservarlas, son la parte feliz de la humanidad, es mejor tener estas costumbres que no le hacen daño a nadie”, narró.
Lagarda Lagarda aseveró que la espiritualidad es lo único que le queda a la humanidad en estos tiempos y son costumbres que deben quedarse, pues en algunos lugares del Estado, es una celebración muy bonita y que forma parte del turismo, la tradición y la cultura, mientras en Hermosillo consiste en salir a las calles a mojarse.