En el mundo del deporte los secretos para obtener un mejor rendimiento son tan variados como hay atletas en el mundo. Entre todos ellos, las sales de amoniaco son una de las más conocidas dentro de los gimnasios.
Especialmente en el mundo de la halterofilia se ha vuelto popular el uso de las llamadas sales de amoniaco, un compuesto que muchos aseguran puede ayudar a generar mayor agresividad y enfoque dentro de la competencia.
¿Qué onda con estas “sales” y cuál es su verdadero efecto? en El Sol de Hermosillo nos dimos a la tarea de averiguarlo, especialmente para decirte si su uso es realmente seguro.
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¿Qué hacen las sales de amoniaco?
Si has visto cuando a alguien le ponen un botecito de sales bajo la nariz cuando se desmaya, es porque el uso de estos compuestos tenía originalmente este propósito. Se trata de un estimulante del sistema respiratorio, que al momento de ser inhalado causa una irritación en el área, promoviendo el flujo sanguíneo y el reflejo de inhalación.
El principal componente que encuentras en las sales de amoniaco comerciales es el carbonato de amonio, que en combinación con otros productos añadidos crean una roma sumamente intenso que, algunos aseguran, es suficiente para despertarte y alcanzar nuevos niveles en deportes que requieren fuerza y concentración.
Las sales de amoniaco actúan alterando el ritmo cardiaco y el patrón de la respiración, creando una sensación de estar más despierto y alerta, algo que muchos atletas buscan a la hora de competir. Ahora, si es verdad que las sales dan realmente algún tipo de ventaja, esto todavía es objeto de discusión.
¿Qué pasa cuando hueles sales de amoniaco?
De acuerdo con un estudio publicado en el Diario Europeo de Fisonomía Aplicada, la frecuencia cardiaca puede acelerarse entre 6 a 11 latidos por minuto a 15 segundos después de realizar una sola inhalación de sales de amoniaco.
Los usuarios reportan entrar en un estado de alerta y concentración casi inmediatamente después de oler el amoniaco, lo que la ha vuelto especialmente popular entre aquellos que buscan un aumento de fuerza “explosivo” como los levantadores de pesas, jugadores de fútbol americano e incluso boxeadores.
Aunque muchos sienten mayor fuerza y energía al momento de usarlas, en realidad se trata más de un efecto psicológico que, curiosamente, sí puede llevar a algunos atletas a desempeñarse mejor.
Para los científicos del deporte, el uso de las sales de amoniaco representa un ritual que una verdadera forma de mejorar el desempeño.
Según un estudio realizado entre practicantes de la halterofilia, el uso de esta sustancia no incrementó significativamente el peso que podían levantarlo o la velocidad con lo que lo hacían. Aún así, su uso continúa sumamente extendido en forma de ampollas, polvo para diluir en agua o alcohol o paños pre-impregnados con amoniaco.
¿Son seguras las sales de amoniaco?
De momento existen pocas investigaciones sobre la seguridad de las sales de amoniaco en usos repetidos, pero no se recomienda utilizarlas en el entrenamiento diario, dejando su uso solo para las competencias.
En cuanto a su uso como método para “despertar” al atleta luego de un golpe o lesión, esto está muy desaconsejado, ya que el estado de alerta y despertar que causa puede enmascarar los síntomas de una lesión severa como el daño cerebral. Es por esto que en algunos deportes como el fútbol americano o el boxeo se desaconseja su uso.
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Aunque los casos son raros, la inhalación en exceso de amoniaco en esta forma puede tener efectos negativos en la salud, o incluso desencadenar reacciones alérgicas. Pueden causar tos, dolor, opresión en el pecho y dificultad para respirar.
En estado líquido el amoniaco puede afectar directamente a ojos, boca, nariz y garganta causando inflamación, hinchazón o hasta ceguera temporal.
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