Prohibir la comida chatarra a niños es una iniciativa positiva para la población, ya que se pretende evitar que consuman alimentos que les perjudican y que está documentado en la literatura científica, por lo que si se aplican las leyes y hay sanciones económicas, se podrá reducir el consumo de estos productos, aseguró el coordinadora del programa de Licenciatura en Ciencias Nutricionales de la Universidad de Sonora (Unison).
“A nivel nacional, se considera a la obesidad una emergencia epidemiológica desde el 2016: por primera vez en la historia para una enfermedad crónica que sería la obesidad y la diabetes; los niños que desarrollan desde ahorita la obesidad tienen más riesgos de presentar problemas crónicos durante toda su vida, y definitivamente debemos de trabajar en prevenir”, indicó.
Rolando Giovanni Díaz Zavala, explicó que en Sonora, los últimos datos de obesidad infantil posicionan a la entidad en el segundo lugar a nivel nacional, empatada con Veracruz y Quintana Roo, y detrás de Colima, problemática que exige una atención inmediata al ser la obesidad el motor para otras enfermedades.
Esta problemática significa el desafío más grande para México en materia de salud, ya que es un factor de riesgo para afecciones crónicas, como la diabetes, enfermedad en la que se tiene la tasa más alta de ingresos hospitalarios.
Asimismo, el experto considera que para atender y erradicar estos problemas de salud pública, desde temprana edad se han hecho distintas estrategias e iniciativas, así como el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (2010), y en Sonora la Ley Churrumais (2005), aprobada por el Congreso local, a fin de regular la venta de alimentos en las tiendas escolares.
El Congreso del Estado de Sonora, recientemente recibió la propuesta de la diputada Miroslava Luján López de modificar la Ley General de Salud del Estado de Sonora, en términos similares a la iniciativa aprobada en Oaxaca, que prohíbe la venta de comida chatarra a niños de hasta 13 años de edad; esto en cualquier tienda y abarrotes, incluyendo además sanciones económicas.
Por su parte, Trinidad Quizán Plata, docente e investigadora especializada en Seguridad Alimentaria en la Unison, agregó que la obesidad es un problema multifactorial complejo, y que uno de los factores que tiene que ver son los entornos alimentarios donde predomina la comida chatarra.
“A estos entornos alimentarios se les llama ambientes obesogénicos, repercuten en el estado de nutrición de las personas y se reflejan en obesidad, sobrepeso y, sobre todo, en carencia de micronutrientes; podemos encontrar a un niño con sobrepeso y obesidad, pero que tiene anemia”, explicó.