Cuando estamos enamorados puede que nos veamos al lado de esa persona para siempre, pensamos que ya no habrá alguien más, es por ello que quieres evidenciar tu amor de alguna manera.
Para algunos, una de las formas más tiernas y representativas es hacerse un tatuaje con el nombre o la cara de tu persona especial. Sin embargo, aunque no se le desea a nadie, ese amor se puede esfumar tan rápido como llegó, y es ahí cuando dices “chale la regué”.
Lo que una vez fue una marca de amor incondicional, ahora se torna en una silueta amarga, empiezas a querer no verla más “¿Otro tatuaje encima bastará?”.
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Puede parecer que remover un tatuaje no es posible, sin embargo hay maneras para hacerlos; las técnicas que se utilizan con más frecuencia para ello es la cirugía láser, la eliminación quirúrgica y la dermoabrasión.
Antes de que sigas leyendo, si estás interesado en eliminar un tatuaje, consúltalo con un dermatólogo. No intentes eliminarlo por tu cuenta.
Las cremas para eliminar tatuajes del tipo «hágalo usted mismo» y otros tratamientos caseros no son eficaces y pueden causar irritación en la piel u otras reacciones.
El riesgo de remover un tatuaje es que te queden cicatrices, esto es en todos los tipos de eliminación. También es posible que haya alguna infección o cambios de color en la propia piel.
Cirugía láser
Sin duda la más conocida, los láseres liberan energía en un pulso único, son el tratamiento elegido con mayor frecuencia si te arrepentiste del tatuaje de tu ex. “Nd:YAG Q-switched”, podría usarse en pieles más oscuras para evitar cambiar el pigmento de la piel de manera permanente.
En este caso, se adormece la piel con anestesia antes del tratamiento, posteriormente se aplica un potente pulso de energía sobre el tatuaje para calentar y desfragmentar la tinta del diseño. Es importante mencionar que si te hiciste uno con varios colores, vas a necesitar hacerte el procedimiento varias veces.
Después del procedimiento, es posible que observes hinchazón y, quizás, ampollas o sangrado. Un ungüento antibacteriano puede ayudar a la cicatrización. Seguramente necesitarás varias sesiones para aclarar el tatuaje, y podría no ser posible borrarlo por completo.
Extirpación quirúrgica
Al igual que la anterior, se insensibiliza la piel con anestesia local. Aquí el tatuaje se elimina con bisturí y los bordes de la piel se unen con puntos. También es recomendado un ungüento antibacteriano.
Esta es recomendable solo para tatuajes pequeños, pues la eliminación quirúrgica es eficaz pero deja una cicatriz, cosa no muy deseada entre los que buscan remover el diseño.
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Dermoabrasión
La menos conocida sin duda, consiste en enfriar el área del tatuaje hasta que queda insensibilizada. Luego, la piel se lija hasta llegar a niveles más profundos con un dispositivo rotatorio de alta velocidad con una rueda o un cepillo abrasivo. A pesar de que parezca una tortura no lo es.
Se sentirá dolor e irritación en el área afectada por varios días después del procedimiento. La recuperación puede tardar de dos a tres semanas como máximo. Debido a que los resultados son poco predecibles y menos eficaces que con láser o con una combinación de láser y escisión, la dermoabrasión no es una opción frecuente.
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