La pérdida de un ser querido siempre resulta dolorosa, y durante el paso de la pandemia de Covid-19 miles de familias han tenido que enfrentar un proceso de duelo atípico, dadas las condiciones del nuevo virus.
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Mónica Encinas, trabajadora social con certificación en tanatología, relata en exclusiva para El Sol de Hermosillo que el 2020 fue un año de mucho aprendizaje y que, sin duda, la pandemia ha dejado una estela de dolor para muchas familias que, en su mayoría, no tuvieron la oportunidad de despedirse adecuadamente de sus seres queridos.
“Cada uno de los componentes: las flores, el féretro, la gente, todo tiene un significado para la familia; el no hacer todo eso es un dolor muy grande porque sienten que no están cumpliendo con ese ser querido. El no tener la oportunidad de despedirlos como se merecen, con amor, con dignidad, con respeto; todo ello ha afectado y seguirá afectando a las familias por mucho tiempo”, comentó.
Y es que, las condiciones de contagio del nuevo coronavirus y la falta de una vacuna, provocaron que durante los primeros meses de la pandemia se establecieran protocolos muy estrictos para los procesos funerarios de quienes fallecían por Covid-19, impidiendo que las personas pudieran despedirse apropiadamente.
“Muchas familias ya no volvieron a ver a sus familiares desde que ingresaron al hospital”, recordó.
El proceso de acompañamiento
De manera remota, ya sea a través de WhatsApp, llamadas de voz e, incluso, videollamadas, Mónica Encinas se ha encargado de brindar acompañamiento en los procesos de duelo de muchas familias. Siempre paciente, empática y dispuesta a escuchar sin emitir ningún juicio, pues comenta que no le corresponde hacerlo.
“El tanatólogo no aconseja, no juzga, no critica; simplemente está ahí con el oído, con el hombro y su corazón para escuchar a aquella persona que tiene el corazón destrozado por la pérdida de un ser querido. Y le ayuda también a buscar sus herramientas para que sea él mismo quien vaya buscando su camino y su fortaleza para poder darle un significado a su vida”, detalló.
La entrevistada mencionó que después de la pérdida de un ser querido, algunas personas pierden las ganas de vivir y seguir adelante, por lo que la presencia del tanatólogo es muy importante para recordarle que siempre hay motivos para continuar.
Si bien el dolor es inevitable y hasta cierto punto necesario en la vida del ser humano, ya que nos ayuda a crecer, comprender y valorar lo que nos rodea, dijo, el sufrimiento es opcional, pues cada persona tiene la capacidad de decidir cuánto quiere sufrir.
En ese sentido, apuntó que en la mayoría de los casos las personas que sufren lo único que desean es ser escuchados, es por ello que el acompañante tanatológico es justo esa persona que se dedica a escuchar con paciencia y sin juzgar, lo cual resulta “una gran medicina para el alma”.
Un mejor panorama
La Secretaría de Salud en Sonora informó que el pasado 18 de abril se registró el primer día sin fallecimientos por Covid-19, a poco más de un año que se detectara el primer caso positivo en la entidad.
Para Mónica Encinas fue un día de mucho gozo pues, dijo, es prueba de que la situación poco a poco va mejorando y con la aplicación de las vacunas espera que pronto las personas puedan recuperar la tranquilidad.
“Tenemos que tener confianza, fe y esperanza; que todo en la vida pasa y que todo son aprendizajes; tenemos que rescatar lo bueno; lo que no nos ayuda hay que hacerlo a un lado y lo que nos ayuda hay que abrazarlo”.
Mencionó que, así como ella, durante el tiempo que va de la pandemia algunas organizaciones y personas han estado brindando asesoría psicológica, apoyo emocional y acompañamiento tanatológico a todas aquellas familias que han atravesado por procesos de duelo.
Dijo que la gratitud de las personas que ayudan siempre está presente y les ayuda a saber que están realizando un buen trabajo.
Mónica Encinas está inscrita en el Colegio de Tanatología, donde actualmente se sigue preparando a través de una nueva certificación que culminará en el mes de octubre. Señaló que para ella es muy importante seguirse preparando para así poder brindar un mejor servicio a quienes lo necesitan.
Más información:
Mónica pone a disposición su número de teléfono por si alguna persona desea contactarla para recibir apoyo y acompañamiento en su proceso de duelo; 6628 47-06-92.
6 mil 250 personas han fallecido por Covid-19 en Sonora, hasta el 2 de mayo; 57% de los fallecidos en Sonora eran hombres y 43% mujeres.
Encinas dijo por último: “Es muy importante que las personas sepan que cuando hay una pérdida en la familia se debe buscar el apoyo correspondiente. Los tanatólogos están a la espera de que las personas tomen la decisión de que les brinden acompañamiento”.