Fue en la década de 1920 cuando se desarrolló la dieta cetogénica o mejor cocida como dieta Keto, la cual funciona para el control de las convulsiones, sin embargo a la fecha se ha considerado como una de las modas gastronómicas más populares en Estados Unidos.
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¿Qué es la dieta cetogénica?
Es una dieta alta en grasas, baja en carbohidratos y suficiente en proteínas para la dieta de crecimiento y mantenimiento. Por lo general, sigue una proporción de 3-4 gramos de grasa por cada grano de carbohidratos y proteínas. Esto quiere decir que alrededor del 90% de las calorías provienen de la grasa, lo que significa que aquellos que siguen la dieta deben comer principalmente alimentos grasos como la mantequilla y la crema.
A pesar de sonar algo terrible, hay muchas recetas creativas que se pueden hacer utilizando este enfoque, pues lo que distingue a esta dieta cetogénica tradicional de la dieta Atkins modificada es la atención rigurosa a la ingesta de alimentos y la limitación de las calorías totales.
Es importante saber cuándo se debe usar esta para el control de las convulsiones, algunos niños con epilepsia pueden tener convulsiones incapacitantes hasta cientos por día, que afectan su calidad de vida y les impide participar en actividades escolares y sociales.
El control de las convulsiones es el primero para ayudar a los niños que padecen esta enfermedad para que puedan lograr una vida normal, cuando los medicamentos no funciones y los efectos secundarios son demasiados para soportarlo, es aquí donde la dieta puede ser una opción, pues mejora el estado de alerta y comportamiento.
De acuerdo a un consenso realizado en el año 2008, la dieta cetogénica debe ofrecerse a un niño después de que dos anticonvulsivos se hayan usado sin éxito, esta dieta debe iniciarte y mantenerse bajo la supervisión médica de un equipo de expertos.
Esta dieta debe ser diferente para cada niño y puede depender de varios factores como la edad, el peso, cómo come el niño y la familia, ya se vegetariano, orgánico, entre otros, la prescripción de la dieta del niño con la combinación específica de grasas, proteínas y carbohidratos.
Puede ser posible que la dieta no funcione para todo, sin embargo es adecuada para diferentes pacientes, es eficaz para convulsiones y síndrome de epilepsia, también algunos trastornos específicos que suelen responder a la dieta como espasmos infantiles , epilepsia mioclónico-astática, síndrome de Dravet, síndrome de Doose, epilepsia mioclónico-astática, síndrome de Rett, trastornos migratorios, deficiencia de GLUT-1 y complejo de esclerosis tuberosa.
La Academia Estadunidense de Neurología y la Sociedad de Neurología Infantil recomiendan la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) como la primera línea de terapia para los espasmos infantiles, este ayudará a detener por completo los espasmos.
Aunque no funciona para todos los niños, varios estudios han demostrado que la dieta cetogénica reduce o proviene las convulsiones en muchos niños cuyas convulsiones no pudieron controlarse con medicamentos o que no pudieron tolerar los efectos secundarios.
Cabe señalar que la dieta cetogénica puede causar efectos secundarios en algunos niños, como estreñimiento, reflujo, cambios de peso y cálculos renales (debido a la acumulación de ácido úrico en la sangre). Estos problemas pueden minimizarse si se mantiene hidratado y se realiza un seguimiento cuidadoso. Algunas familias notan cambios de humor como hiperactividad o irritabilidad, sin embargo muchos de los efectos secundarios pueden reducirse mediante ajustes en la dieta o con medicación adicional.
Existen otras dietas especiales para las convulsiones que incluyen la dieta Atkins modificada, tratamiento de bajo índice glucémico y dieta cetogénica MCT, estos pueden usarse en lugar de la dieta cetogénica para algunos niños, esto deberá consultarse con un médico.