Lavar el pollo crudo puede resultar un riesgo para la salud, ya que en una reciente publicación compartida en la cuenta de Twitter de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) se alertó a los ciudadanos sobre lo que puede suceder al realizar esta acción, que causa la propagación de microbios a otros alimentos e infecta los instrumentos para preparar la comida.
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El mundo de las redes sociales comenzó a reaccionar ante la desagradable recomendación, pues los usuarios aseguraban que el pollo puede durar varios días dentro del empaque flotando entre la “porquería”, por lo que insistían en continuar lavando el alimento.
Desde hace algunos años la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA por sus siglas en inglés) habían advertido sobre el lavado del pollo antes de cocinarlo, pues aumenta el riesgo de propagación de la bacteria campylobacter en las manos, la zona de trabajo, ropa y utensilios de comida al momento que salpican gotas de agua.
En junio del 2014 la FSA hizo una advertencia tras descubrir que en el Reino Unido el 44% de las personas lavan el pollo antes de cocinarlo, las razones más citadas fueron para eliminar los gérmenes o porque replicaban lo que hacían sus familiares.
La enteritis por campylobacter es una de las causas más comunes de intoxicación alimentaria, sobre todo cuando se viaja, normalmente se debe al consumo de pollo crudo, verdura fresa o leche sin pasteurizar. Dicha bacteria se contagia al comer o tomar alimentos infectados, causando diarrea, dolor abdominal, fiebre, náuseas y vómito.
El síndrome de intestino irritado y el síndrome de Guillain-Barré, que atacan el sistema nervioso periférico, pueden surgir como consecuencia de una infección con esta bacteria, así como también puede ocasionar la muerte, siendo las personas con más riesgos los niños y adultos mayores.
"A pesar de que las personas tienden a seguir las recomendaciones para manipular aves de corral, como lavarse las manos después de tocar un pollo crudo y asegurarse de cocinarlo completamente, nuestra investigación indica que lavar el pollo crudo es una práctica extendida", compartió la presidenta de FSA Catherine Brown, de ese momento.
El tratamiento para sobrellevar la infección consiste en tomar agua en grandes cantidades, comer porciones pequeñas de alimentos durante el día, en vez de grandes cantidades en el desayuno, comida y la cena, llevar dieta alta en potasio, asimismo ingerir comidas con bastante sal.
De acuerdo a las regulaciones alimentarias en EE. UU. exigen que las plantas de producción avícola deben tratar el pollo con procesos antimicrobianos conocidos como tratamientos de reducción de patógenos.
Es decir, después de sacrificar al animal, desplumarlo y eviscerarlo, se tendrá que administrar un “procedimiento de lavado final” en el que se le aplica químicos, generalmente es una solución de dióxido de cloro, el cual reduce la prevalencia de salmonella o campylobacter.
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Por tal motivo este procedimiento se ha convertido en un obstáculo para la importación de pollo en EE. UU. a la Unión Europea
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