Las mordeduras de las garrapatas pueden ocasionar graves problemas de salud en personas y animales; estas surgen de la tierra y de zonas boscosas donde viven especies silvestres y que puedes transportar en tu ropa, en tus zapatos o en tu contacto con la vegetación, ¿conoces la gravedad que pueden ocasionarte?
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Como hemos abordado en otros espacios, las garrapatas son insectos que una vez que se adhieren a tu cuerpo buscan los lugares calientes y húmedos, como las axilas, el cabello y la ingle. Una vez que “se acomodan” chupan la sangre y te contagian con bacterias y otros organismos que pueden comprometer tu salud.
En ocasiones son tan pequeñas que pueden resultar imperceptibles, pero pueden llegar a ser tan grandes como el tamaño del borrador de un lápiz y hay, además, alrededor de 850 tipos.
Existe la hipótesis de que si a un niño le pica o muerde una garrapata puede sufrir de un tipo de parálisis que avanza desde la parte inferior del cuerpo hacia arriba; comienza con adormecimiento de las extremidades, dificultades respiratorias y síntomas parecidos a los de la gripe.
Se cree que es la hembra la que puede causar este padecimiento. Otros que son asociados con esta especie son fiebre por garrapatas de Colorado, Lyme, fiebre musculosa de las montañas y tularemia (que pueden portarla los roedores, moscas y mosquitos), que afectan el corazón, al sistema nervioso, el riñón, el hígado, las glándulas suprarrenales y en casos muy extremos ocasionar la muerte.
La mayoría de las enfermedades transmitidas por la garrapata tienen síntomas como dolor muscular o de articulaciones, rigidez en el cuello, dolor de cabeza, fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos, además de manchas rojas o sarpullido en la parte del cuerpo donde se alojó el bicho.
Hay que poner especial atención si se tiente debilidad, dificultad en la marcha y se perciben movimientos descontrolados.
Si te das cuenta de que “transportas” una garrapata, hay que retirarla con cuidado, con unas pinzas pequeñas, tomándola de la cabeza, cuidando que no aplastarla; si es posible, guardarla en un envase cerrado y conservarla para llevarla contigo en el momento en que busques atención médica.
También debes limpiar el área afectada con agua y jabón.
Al acudir al médico, sobre todo si vas a urgencias, hay que llevar información precisa del paciente como edad, peso y estado en que se encuentra; la hora en la que pudo ocurrir la picadura y especificar la parte del cuerpo afectada.
El médico tratante te dará la atención y medicación necesaria según sea el caso; cabe señalar que esto dependerá de la seriedad de los síntomas, pero pueden suministrarte antibióticos para prevenir o curar infecciones.
También pueden pedirte exámenes de orina y de sangre; algunos pacientes que fueron mordidos por garrapatas pueden llegar a necesitar oxígeno y en casos muy graves requerir intubación; quizás podrías requerir que te hagan radiografía de tórax, un electrocardiograma y recibir medicamento o líquidos por vía intravenosa.
Aunque la mayoría de las picaduras de garrapata pueden resultar inofensivas, todo dependerá de la rapidez con que te atiendas y de que el bicho transportara alguna enfermedad, de ahí la importancia de que la conserves una vez que sea retirada de tu cuerpo. Los efectos pueden presentarse a largo plazo, incluso años después.
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La mejor forma de protegerte de ellas es aplicándote repelente de insectos, usar ropa de protección y no olvidar revisar tu piel en busca de picaduras si has estado en algún ambiente boscoso o con maleza.