El estilo de vida moderno donde abunda el sedentarismo, la mala alimentación y otros factores de riesgo como la obesidad, han hecho de la posibilidad de una trombosis venosa profunda una realidad para muchas personas. ¿Es algo de qué preocuparse?, aquí te explicamos.
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Un trombo, como se le conoce a los coágulos de sangre, puede formarse en las venas más profundas del cuerpo, siendo el punto más común en las piernas. En este estado inicial puede pasar desapercibido, pero al agravarse el problema existe la posibilidad de que surjan síntomas y complicaciones derivados de este padecimiento.
Cuando uno de estos coágulos se desprende y viaja por el torrente sanguíneo puede llegar a causar grandes daños a la salud cuando llega a otros órganos del cuerpo como el cerebro, los pulmones o el corazón.
Es al llegar a los pulmones cuando un coágulo puede causar una de sus complicaciones más peligrosas y comunes, una embolia pulmonar. Esta ocurre cuando el trombo desprendido entra al pulmón y bloquea el flujo sanguíneo, causando una grave situación que debe ser atendida de emergencia en un hospital, ya que puede resultar fatal debido a los daños que podría ocasionar.
Entre las principales causas de la trombosis está el no moverse por mucho tiempo, como ocurre con personas en estado de postración (¿te acuerdas?), quienes pasan mucho tiempo sentadas por trabajo o por viajes, o en periodos de recuperación tras un accidente o cirugía.
A esto se le pueden sumar otros factores de riesgo como la edad, siendo más comunes después de los 60 años, el embarazo que aumenta la presión en las venas de la pelvis o las piernas, el uso de píldoras anticonceptivas y el sobrepeso. Una de las principales causas prevenibles de la trombosis es el tabaquismo, que afecta la circulación de la sangre en el cuerpo.
¿Cómo detectar a tiempo una trombosis?
Al igual que muchos otros padecimientos, detectar a tiempo la trombosis puede hacer una gran diferencia en la severidad que desarrolla el problema. Si es tratada de forma temprana los medicamentos anticoagulantes o la cirugía pueden restaurar la circulación en las piernas a la normalidad; de no ser así el daño isquémico puede dañar los tejidos al punto en que deriva en la amputación de la pierna afectada.
Entre los síntomas tempranos de una trombosis está el dolor, que se siente como un calambre pero viene acompañado de enrojecimiento o decoloración de una pierna, además de una sensación de calor en el miembro afectado. En algunas ocasiones estos síntomas aparecen en las dos extremidades inferiores.
Se debe acudir al médico de emergencia cuando se presenta dificultad repentina al respirar, aceleración del pulso, tos con sangre o mareos, ya que estos son los signos de una embolia pulmonar.
Prevención
La mejor forma de prevenir una trombosis es llevar una vida saludable en la que, idealmente puedes permanecer moviéndote y manteniendo una adecuada circulación en tus piernas. Mantener un peso controlado también es de gran ayuda, así como tener hábitos de vida saludables como abstenerte de fumar.
La obesidad, tan extendida en México, comparte muchos de sus factores de riesgo con la trombosis, por lo que mantenerte en tu nivel ideal será una de las primeras líneas de defensa contra una trombosis.
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