¿Sientes que apenas llegas al final del día sin caer en tu cama? O quizá hay muchas cosas que deberías estar haciendo pero la energía para hacerlo simplemente no aparece por más que descanses. Aunque la depresión es uno de los padecimientos cada vez más comunes en tiempos modernos, es una de sus posibles causas la que no es muy conocida: la falta de vitamina B12.
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Según explica el Instituto Nacional de Salud (NIH) de los Estados Unidos, en una persona regular la vitamina B12 se encarga de mantener sangre y neuronas saludables, siendo uno de los contribuyentes para la formación del ADN que está presente en todas sus células. En ausencia de este compuesto el cuerpo comienza a resentirse con síntomas que se equiparan a la depresión, como la fatiga, la debilidad y el cansancio.
El cuerpo humano puede almacenar entre 1000 y 2000 veces la cantidad de vitamina B12 que se necesita en un día, por lo que las consecuencias de una mala dieta con una ingesta insuficiente puede tardar varios años en mostrar sus primeras consecuencias en la salud.
La cantidad recomendada de vitamina B12 al día puede variar con la edad; por ejemplo, los bebés de hasta 6 meses requieren tan solo 0.4 microgramos, cantidad que va subiendo hasta alcanzar los 1.8 microgramos hasta los 13 años y 2.4 microgramos a partir de la adolescencia y la adultez.
Durante el embarazo y la lactancia las necesidades de vitamina B12 se pueden ver incrementadas hasta 2.8 microgramos al día para compensar la carga de estos procesos en el organismo.
¿De qué alimentos proviene la vitamina B12?
Muchos de los productos de origen animal que consumimos en nuestro día a día contienen suficiente vitamina B12 para mantenernos saludables, como es el caso de los productos lácteos, la carne, pollo, huevos y pescado.
Otra forma de obtener vitamina B12 es a través de diversos alimentos procesados donde viene adicionada como el caso de los cereales, además de los suplementos dietéticos. Para que esta sea absorbida en el cuerpo es necesario procesarla en el estómago, donde gracias al ácido clorhídrico esta puede ser separada de la proteína con la que viene unida de forma natural, luego el cuerpo la combina con la proteína llamada “factor intrínseco”, producida en el mismo estómago para su absorción.
La ventaja de los suplementos sobre la forma natural de la vitamina B12 está en que esta no viene unida a ninguna proteína, por lo que el cuerpo puede absorber de forma más directa; esto es especialmente beneficioso para personas de la tercera edad y otros casos donde la producción de ácido clorhídrico en el estómago se vea reducida o la dieta no sea lo suficientemente rica en este nutriente, como en el caso de las personas que llevan una dieta vegana o vegetariana.
Aunque los suplementos de vitamina B12 pueden incluir dosis más altas de las recomendadas para un día, el exceso suele eliminarse a través de la orina, por lo que estos se consideran seguros. Comercialmente puede venderse sola o como parte del complejo B, usualmente en forma de cianocobalamina, adenosilcobalamina, metilcobalamina e hidroxicobalamina; todas estas son una elección segura y efectiva para ayudarte a prevenir o tratar una deficiencia.
Recuerda que antes de iniciar a tomar cualquier suplemento debes consultar a tu médico para prevenir cualquier interacción con otros productos que puedas estar consumiendo, como inhibidores de la acidez gástrica y tratamientos para la diabetes.