Si alguna vez despertaste con un dolor punzante en las piernas, el cual es tan intenso que el caminar se convierte en una verdadera tortura, así como también sientes un hormigueo u otro síntoma irregular y sueles confundirlo con un calambre, debes de prestar atención a esto, pues podría tratarse de un daño nervioso y quizá nunca lo pensaste.
Te puede interesar: 7 hábitos alimenticios que ayudarán a prevenir el Alzheimer
De acuerdo a los especialistas de la Clínica Mayo, el daño en los nervios o neuropatía periférica, como también se le conoce, es una afectación en los nervios que se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal (nervios periféricos), normalmente suele causar debilidad, entumecimiento, dolor y calambres tanto en manos, pies y piernas.
¿Cuáles son los síntomas de una neuropatía periférica?
Las señales de alerta para determinar el problema pueden variar dependiendo de los nervios involucrados, sin embargo, entre los más comunes se encuentra el dolor punzante, ardor, sensación de hormigueo, pérdida de sensibilidad, problemas de equilibrio, tropezarse o caerse con frecuencia al caminar, estreñimiento, cambios en la presión sanguínea, disminución o ausencia de reflejos.
Ahora bien, si comienzas con falta de coordinación y has sufrido caídas constantes, es recomendable acudir al médico para que diagnostique a tiempo, así podría evitarse complicaciones que causen deterioros en su calidad de vida.
Según datos de la American Cancer Society, esta afectación puede ser un efecto secundario a largo plazo causado por quimioterapias u otros tratamientos para combatir el cáncer, pero también puede desarrollarse por una complicación de diabetes (neuropatía diabética), enfermedades autoinmunitarias como el síndrome de Sjogren, lupus o artritis reumatoide.
Otras causas podrían ser por infecciones virales o bacterianas, tumores, trastornos de la médula ósea o hereditaria, enfermedades como insuficiencia renal o hipotiroidismo, algunos medicamentos contra el cáncer, deficiencia de vitamina B, E y niacina, ésta última es fundamental para los nervios.
Cabe señalar que el hipotiroidismo es una afectación en la glándula de la tiroides y una causa poco frecuente de la neuropatía periférica, pero sí puede existir el caso cuando se trata de un hipotiroidismo grave, prolongado o que no se ha tratado, pues esta enfermedad de la tiroides puede provocar retención de líquidos e hinchazón en los tejidos, a lo que ejerce presión sobre los nervios periféricos.
Esta enfermedad puede ser tratada, muchas de las veces incluye la aplicación de esteroides por un periodo corto, cremas o parches anestésicos, sin embargo, lo más recomendable es acudir al médico para llevar un tratamiento adecuado dependiendo de la gravedad del caso.
No ignores estos síntomas de alerta como el dolor u hormigueo en las piernas, al primer signo visita al médico para continuar cuidando de tu salud.