[Video] México celebra a los sicólogos desde hace 21 años 

Mónica Vásquez celebra su día trabajando con mucha pasión, paciencia y compresión, compartiendo con sus pacientes su labor

Nancy Álvarez

  · lunes 20 de mayo de 2019

Foto: Nancy Álvarez

En 1998 se instauró el Día Nacional del Sicólogo por la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Sicólogos en México, debido a que en esa fecha se otorgó la licencia para ejercer la profesión en el país.

Fue en la Universidad Nacional Autónoma de México donde oficialmente se inició con la enseñanza de la licenciatura y su investigación en el país, en donde existen 12 sicólogos por cada 100 mil habitantes.

Mónica Vásquez Rochín es jefa de Sicología en el hospital siquiátrico Cruz del Norte, aunque su función es administrativa también atiende a pacientes; el equipo está integrado por sicólogos, siquiatras, enfermeros y trabajadores sociales.

“Nosotros los sicólogos nos encargamos de diseñar programas acorde a la situación actual y que sean viables para llevarse a cabo, hoy en día Sonora se encuentra en el tercer lugar en índice de suicidio, nos dedicamos a implementar campañas, planear estrategias en conjunto con el equipo multidisciplinario”, comentó Mónica.

Los casos más comunes que llegan a la clínica son trastornos de bipolaridad, esquizofrenia por abuso de sustancias y depresión con intento suicida, siendo este último el que más se registra.

“Lo más importante es respetar la integridad del paciente, son personas vulnerables que necesitan mucho de nuestra atención, trabajamos con terapias individuales, grupales, sicoeducación, trabajamos con familias, pero el reto más importante son las alianzas terapéuticas para que el paciente continúe con su consulta”, abundó.

Foto: Nancy Álvarez

El estupefaciente que más consumen las personas con depresión es la marihuana, hoy en día entre los jóvenes es el crystal. “Yo me impacté mucho al descubrir que una niña de 9 años lo consumía, pero también hay que ver el entorno: familias disfuncionales, papás adictos; los niños de 8 o 9 años ya han intentado suicidarse”, agregó Mónica.

La calidad de vida de una persona con trastorno que lleva un tratamiento es muy distinta a la que no lo lleva, un paciente sin tratamiento se va deteriorando porque van perdiendo el sentido a la vida, van dejando de funcionar en la vida personal, profesional, social y una persona que lleva un tratamiento disminuye lo síntomas y puede continuar con su vida cotidiana.

Mónica celebra su día trabajando con mucha pasión, paciencia y compresión, compartiendo con sus pacientes su labor.