La vida de los habitantes de San Pedro de la Cueva, la población de Sonora, es un tema común entre quienes son consumidores de las redes sociales que alimenta el influencer Favián Lameda.
Doña Beba, don Pancho, doña Ramona, El Pinto, y el mismísimo Favián se han convertido en integrantes de familias y grupos de trabajo y hasta sociales; son muchos los que conocen sus vidas y se ponen al día con los pormenores de lo que les ocurre.
La cotidianidad del pueblo se ha convertido en algo así como un reality del que nadie quiere estar desinformado; algunas personas se dan la oportunidad de apoyar, mientras que otros son meros espectadores y expertos en el tema.
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Las novedades del sitio Yo amo San Pedro de la Cueva son el aniversario de la aparición de El Pinto en el mundo virtual. Recientemente Favián Lameda.
En 2020 la publicación mostraba a Alberto Figueroa Moreno comiendo frijolitos graneados con cebolla morada y tomate, y una tortilla de harina, mientras disfrutaba de una llovizna sentado en una piedra, en el sector que bautizaron como La Loma de los Apretados.
Beto o “El Pinto” hablan de su trabajo haciendo leña y su necesidad, en ese momento, de tener una despensa. También compartía que le gusta mucho modelar. Como sigue haciéndolo.
Este señor es uno de los beneficiarios del programa Yo amo San Pedro de la Cueva, con el tiempo se ha convertido en asistente de Favián: se dedica a repartir las despensas y los apoyos que reciben las otras personas, en su mayoría adultos mayores.
También es uno de los personajes más demandados para conocerlo, cuando llegan los turistas a la población que se puso en el mapa mundial en temporada de pandemia.
Como se recordará, fue en 2020 cuando Favián comenzó a proyectar cómo es el trabajo y la vida de los sanpedreños y los usuarios de redes sociales comenzaron, a su vez, a interesarse por el sitio y las personas, cuyas vidas se han transformado.
El emotivo encuentro de El Pinto con su hijo 21 años después
En el paso de estos tres años, ocurrió además, que uno de los hijos de El. Pinto lo vio y también sucumbió al encanto de San Pedro, y a reencontrarse con su padre.
El Pinto, apoyado por Favián, lo recibió en el aeropuerto de Hermosillo hace un par de semanas. Tenían 21 años sin verse.
Betito y Beto estaban vestidos con ropa a cuadros (Beto de vaquero), cuando se volvieron a abrazar. Betito tenía nueve años de edad. Actualmente vive en Oregon, Estados Unidos.
El padre se sentía perfecto ¡más, porque aquí está mi morro!
Beto y Betito estarán juntos hasta el 1 de septiembre, fecha en la que el joven regresará “al otro lado”. Mientras, comparten actividades entre las que pasean juntos a caballo por el pueblo.
Los primeros pasos de don Panchito
Otra de las novedades de San Pedro es que don Panchito ya empezó a caminar. Recordemos que el adulto mayor, sin duda, uno de los consentidos del sitio, tuvo una caída su casa y hubo necesidad de trasladarlo en ambulancia a Hermosillo el pasado viernes 11 de agosto.
San Pedro de la Cueva es una población famosa, pero pequeña, por lo que no cuenta con todos los servicios básicos de atención a la salud.
Por lo anterior, Francisco Maldonado, el esposo de doña Beba, fue canalizado del Centro de Salud al Hospital General de Especialidades Médicas, donde se le diagnosticó una fractura incompleta de rodilla.
Después de unas semanas de reposo y cuidados, sin dejar de recibir visitas, don Pancho comenzó a dar sus primeros pasos, apoyado con una andadera y con su benefactor Favián Lameda por un lado.
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Mientras recorre unos metros de la estrella calle por donde vive, se detiene frente a la Virgen de Guadalupe que está afuera de su casa; se quita el sombrero, agradece y pide para que su rodilla sane y pueda volver a caminar y bailar, como tanto le gusta.
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