Superpapá: Todos tenemos una gran historia que contar

En la memoria se quedan guardados los recuerdos de las actividades que padre e hijo disfrutaban hacer juntos cuando eran pequeños, las visitas al parque o comer helado a escondidas de mamá

Nancy Álvarez | El Sol de Hermosillo

  · domingo 21 de junio de 2020

Cortesía | Pinterest

Para ti papá, el hombre de la gran sonrisa o del ceño fruncido, quien me regañaba y me consentía al mismo tiempo, el que me llevaba a la escuela, me preparaba desayuno y me daba los abrazos más largos y reconfortantes del día, ese es mi papá, mi superpapá.

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En la memoria de aquellos que tuvieron un padre, un abuelo quedan guardados los recuerdos de las actividades que disfrutaban hacer juntos cuando eran pequeños, los viajes en familia, las visitas al parque o comer helado a escondidas de mamá.

En México el Día del Padre se celebra en el mes de junio, fecha donde se honra la paternidad y se reconoce el trabajo del hombre en la familia. Un padre aporta confianza, amor, seguridad y fortaleza en la conducta de los niños, asimismo influye en las emociones de los pequeños, es por ello que cada año, en un día tan especial se festeja esta fecha para distinguir la labor de los padres en las familias.

Sin duda cada papá es muy especial, a su manera los hacen llamar super papás por la representación que han tenido en la vida de cada uno, algunos disfrutan de sus nietos, bisnietos y su familia, sin embargo, hay otros que partieron desde hace años pero permanecen en los corazones de sus familiares.

Tal es el caso de María José, quien tuvo la dicha de compartir sus primeros años en compañía de su padre, disfrutaron de algunos alimentos juntos y jugaron hasta el cansancio, sin embargo, la vida dio un giro en su vida y hace 17 años que María no puede abrazarlo ni platicar ni darle un beso al llegar de su trabajo “Desde hace 17 años dejé de tener papá, pero no porque él no quisiera, sino porque la vida así lo quiso, era el mejor de todos de verdad aún no recuerdo y lo extraño cada día”, expresó.

Cortesía | María José Noyola

Laura Holguín considera que su padre es un gran ser humano, a pesar de que algunas veces sea frío, también hay momentos donde comparte sus sentimientos, inteligencia y cariño hacia su familia. Hace unos años Laura dio a luz al pequeño Bruno, debido a dificultades de salud falleció, sin embargo, su olor, esencia y la piel quedaron plasmados en los pensamientos de seres queridos.

“Para mí fue muy importante educarlos en que no habían perdido un nieto, que seguían siendo abuelos aunque de forma diferente, ya que su nieto estaba en el cielo. Mi papá el año pasado se vio con un amigo que hace mucho que no veía, yo estaba embarazada, entonces su amigo le preguntó ¿Es tu primer nieto?, mientras apuntaba a mi panza, él sonrió y le dijo: No, es el segundo. Su amigo se extrañó y le preguntó ¿Y el primero?, mi papá le respondió que en el cielo. Mi papá sabía que eso le costaría muchas explicaciones, o tal vez tener un momento incómodo, pero aun así lo mencionó, para mí eso fue muy importante”, compartió Laura.

Cortesía | Laura Holguín

Cortesía | Laura Holguín

Para Lupita García su padre ha sido un gran ejemplo de perseverancia, pues desde pequeño le tocó trabajar para llevar sustento a su casa, asimismo eso aportó mucho en el sentido de responsabilidad para el futuro y ponerlo en práctica años después con su familia.

“El día que recibió la noticia de mi embarazo, había preparado para él y mi mamá una nota sorpresa donde anunciábamos la noticia, pero él, ni siquiera ocupó abrirla, con una gran sonrisa de oreja a oreja, me dijo ‘estás embarazada’, le dio como un ataque de risa y actuó de inmediato, abrió una cerveza para celebrar. Fue mi chef de cabecera en mi gestación y fue quien se quedaba conmigo durante el día en las últimas semanas de la dulce espera. Como mi papá ha sido excelente, pero verlo en su etapa de abuelo es otro boleto”, manifestó Lupita.

Tanya Vásquez recuerda su infancia, cuando tenía 9-10 años y vivían en San Luis Río Colorado, su hermana, quien falleció, estaba internada en Mexicali, su mamá pasaba toda la semana con ella y su papá, su hermana y ellas estaban en San Luis, Tanya recuerda cómo su padre cuidaba de ellas con amor y paciencia durante ese tiempo “él nos llevaba a la escuela, nos hacía comida y todo, pero lo que más me acuerdo es que él me peinaba para ir a la escuela, al principio iba con el cabello enredado, pero luego aprendió”, añadió.

El papá de Benjamín Urías nunca tuvo un carro para trasladarse, sin embargo, siempre trató de llevarles la felicidad a sus hijos. “Cuando me compró la primera guitarra la llevaba en una bolsa envuelta porque había una tormenta muy fuerte y andaba en camión, un amigo lo vio pasar corriendo con la guitarra bajo la lluvia y le la trajo santa”, mencionó.

Milagros Ruiz considera que su papá es el mejor hombre del mundo pues es su mayor bendición, cada mañana su padre compartía la mesa con la familia y comenzaba con una sonrisa su día, pues sus ocurrencias la llenaban de felicidad.

“Él no tuvo hijos hombres, nosotras somos tres mujeres y siempre le preguntábamos que si hubiera querido tener un hombre pero él siempre respondía que no, pero nos enseñó a andar en bicicleta, jugar béisbol y futbol”, dijo.

Su papá las llevaba a la escuela y también participaba en las juntas en la entrega de calificaciones cuando su mamá no podía asistir.

“Una vez en la primaria en un evento para el Día del Niño los papás harían una obra de teatro de la Caperucita Roja y mi papá se ofreció para ser el lobo feroz y otro señor ser el leñador, entonces a la hora de hacer la obra el leñador iba correteando al lobo (mi papá) y lo iba golpeando con un palo y en una de esas le dio en el pie y mi papá brincaba como loco, todos nos reímos pero nunca nos dimos cuenta que en realidad sí le habían pegado y todos pensamos que había actuado muy bien”, compartió.