Miguel Lara está en la línea de salida una,otra y las veces que sea necesario para ganar un premio en dinero ycon ello financiar los estudios de su esposa Maribel Estrada en laUniversidad Autónoma de Chihuahua.
Es la Sexta Carrera Tarahumara 21k enMonterrey, Nuevo León, a donde llegó Miguel, su esposa, su hijode cuatro años y otros 120 tarahumaras, luego de más de 20 horasen autobús pero, primero, con una sonrisa que le da la confianzade vender sus artesanías y hacerse de algo de dinero y, segundo,poder triunfar en su categoría de rarámuri.
Por supuesto que triunfó en su categoría de15 a 35 años, con tiempo de 1:20:23 horas, lo cual le costó porimprimir velocidad, porque él está acostumbrado a la resistencia,a correr horas y horas.
Ejemplo de ello son los 160 kilómetros querecorrió en el Big Bear 2017, en la localidad californiana delmismo nombre, donde fue invitado por los organizadores y espera eneste año volver estar en la línea de salida.
"Me dieron como dos mil dólares por mi primerlugar", compartió, quien es originario de Porochy, municipio deUrique, en la Sierra Tarahumara.
Su siguiente gran reto es este 4 de marzopróximo sobre los 80 kilómetros en las montañas de su puebloPorochy, es la tradicional carrera "Caballo Blanco", la cual creóun "gringo" que ya no asiste, pero lo recuerda.
Va por la quinta corona, porque correr y ganares una de sus formas de vida, la otra es hacer artesanías,venderlas y tener dinero para mantener a su esposa e hijo, ycumplir un sueño que él no realizó, que estudie su familia.
"No estudié, porque mi madre no tenía dineroy mi padre me abandonó cuando tenía dos meses de nacido, sólollegué al cuarto año de primaria, y lo mejor es que pude aprenderhablar el español y con eso se me hizo más fácil para conseguirtrabajo", comentó.
Lara, quien tiene 27 años de edad dedica loque gana a los estudios de su esposa e hijo y con Maribel tuvo unadecepcionante experiencia, porque el año pasado le pagó el cursode preparación al examen de admisión a la Universidad Autónomade Chihuahua, pero no aceptaron su inscripción parapresentarlo.
"No pudo entrar por falta de la credencial deelector. No tenía una identificación. No era nadie para laUniversidad, pero ya la sacó y ahora sí se podrá inscribir",expresó.
Maribel Estrada recuerda que le dijeron: "note podemos inscribir porque no traes tu INE, y eso me dolió mucho,y ahora ya la tengo y lo puedo hacer. Hace un año quería estudiarmedicina y en estos días estamos haciendo nuevos planes y tal vezestudie para ser maestra".
Ella se siente feliz de tener un marido que laapoya, porque le da confianza. “Se siente bien que a uno leayuden. Él me dice que le eche ganas, pero no es fácil, porque nohay mucho dinero y hay que trasladarse a Chihuahua, donde noconocemos a nadie. Ni a dónde ir".
Miguel es insistente al concluir que ellatiene que estudiar, “hacer lo que yo no pude y tengo que correr yganar para cubrir sus estudios. Siempre la apoyaré".