Tommy Lynn Sells: Asesinos seriales que impactaron al mundo

Cuando estos ataques se presentan de manera poco constante de un Estado a otro, pueden pasar desapercibidas ante el ojo público

Francisco Hernández | El Sol de Hermosillo

  · viernes 18 de diciembre de 2020

Foto: Cortesía | @secretapuerta

Cuando una comunidad comienza a ser asediada y atacada por un asesino serial, tanto autoridades como las mismas familias que habitan ahí, se encuentran en una alerta constante, situación que muchas veces termina siendo un factor importante para su detención.

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Sin embargo, cuando estos ataques se presentan de manera poco constante de un Estado a otro, pueden pasar desapercibidas ante el ojo público y las autoridades, lo que les hace asesinos impredecibles y sumamente peligrosos.

El asesino de costa a costa

Tommy Lynn Sells nació el 28 de junio de 1964 en California, Estados Unidos, junto a su hermana melliza y otros cinco hermanos varones, pero cuando ambos tenían 18 meses de edad, sufrieron de una terrible meningitis y la pequeña falleció.

Hasta donde se sabe sobre su vida, su padre se había hecho cargo de la familia sin ser el padre biológico, pues había sido víctima de una jugarreta del verdadero.

De los 2 a 5 años, el pequeño Tommy se quedó en casa de una tía y aunque ésta estuvo a punto de adoptarlo, ya que su madre parecía haberlo olvidado, ella regresó y se lo llevó.

Sin embargo, su madre no era el mejor ejemplo de una buena madre, sumado a las carencias de la familia, no ponía mucha atención al pequeño Tommy, quien ya con 7 años de edad, se fugaba de la escuela y bebía alcohol.

Incluso, ella tampoco hizo nada cuando a la edad de ocho años, su hijo comenzó a frecuentar a un sujeto que le ofrecía regalos y lo invitaba a pasar la noche en su casa. Un tiempo más tarde, este hombre fue acusado por abuso de menores.

Con 10 años de edad, Tommy ya era todo un alcohólico y comenzaba a fumar mariguana. Una noche cuando a sus 13 años, intentó meterse desnudo en la cama de su abuela cuando ésta dormía y debido a esto, su madre lo echó de casa.

El chico, ahora siendo vagabundo, subía de manera ilegal a los trenes, viajaba por distintos estados siempre con la única idea de sobrevivir.

Foto: Cortesía | @WikillersFR

Sells tuvo diversos tipos de empleos, desde peluquero, jornalero hasta mecánico, pero también mendigaba y delinquía, además, era extremadamente alcohólico y consumía diversos tipos de drogas.

Aunque no fue un asesinato registrado, Sells confesó que cometió el primero a la edad de 15 años, cuando al entrar a una casa armado para intentar robar, encontró en una habitación a un hombre haciéndole sexo oral a un niño de 7 años.

Esto hizo enojar a Sells, quien sin pensarlo lo mató en el acto. Esta situación fue algo compleja para él, pues si bien podría haber sido considerado un acto “heroico”, fue el detonante de lo que sería el resto de su vida.

Fue considerado un asesino sumamente complejo y complicado de analizar, pues tenía tanto rasgos de asesino organizado como desorganizado.

A veces podía actuar por mero impulso, pero en otras ocasiones, planeaba con mucha antelación sus crímenes, incluso podía llegar a entablar una amistad o relación con sus víctimas.

Para los especialistas, Sells es considerado un psicópata incapaz de sentir compasión, las palabras amor o perdón no significaban nada para él.

Es considerado como uno de los asesinos más prolíficos en la historia de la humanidad, pues llegó a confesar más de 70 asesinatos con un perfil sumamente variado.

Foto: Cortesía | @WikillersFR

Podía matar mochileros, prostitutas, niñas y niños o familias completas, su modus operandi también cambiaba mucho, usando distintos objetos para llevarlas a cabo, sin embargo, él aseguraba que el cuchillo era su favorito, lo describió como un subidón de droga y no podía detenerse.

Incluso, llegó a mencionar en una ocasión que la muerte era un efecto colateral de sus ataques, lo que realmente buscaba era ver sangre, pero debido a lo eficazmente mortal que fueron sus ataques, los especialistas dudan de esto.

Horribles crímenes

Algo que implementó Sells durante sus años como asesino activo, fue su astucia, la cual usaba para mudarse de Estado cada vez que cometía un asesinato, por lo que sus crímenes se extendieron por distintas partes del país.

Cuando tiene 17 años de edad, vuelve a la casa de su madre, ahora en Arkansas, pero sus adicciones eran un tema de discusión constante y tras un intento de meterse a la ducha con su propia madre un año más tarde, vuelve nuevamente a las calles.

Según datos que el mismo Sells entregó a los investigadores tras su detención, sus crímenes iniciaron alrededor de 1985, pero conforme pasó el tiempo, fue dosificando la información, quizá tratando de retrasar su pena de muerte.

Durante este año (1985), conoció a Ena Cordt de 29 años y su hijo de 4, quien según Sells, lo invitó a su casa para tener relaciones de manera consensuada, pero en un momento, este la descubrió robando algunas cosas de su morral.

Foto: Cortesía | @secretapuerta

Él perdió el control y la mató a golpes usando un bate de beisbol del niño, después asesinaría al pequeño, justificando que no podía dejar testigos.

En 1987, subió a una autoestopista que buscaba llegar a San Francisco, sin embargo, cerca de Reno, Nevada, detuvo el coche, la violó y estranguló para después deshacerse del cuerpo en una fuente termal.

Sin embargo, existe un crimen tan espantoso que incomodó al propio Sells, pues a diferencia del resto de todos sus horribles crímenes, evitaba dar detalles.

En noviembre de ese mismo año, cerca del Día de Acción de Dracias, unos cazadores alertaron a las autoridades tras encontrar el cuerpo de Russell Dardeen, de 29 años de edad, fuera de una casa rodante, quien había sido ejecutado de un disparo en la cabeza, también sus genitales fueron mutilados.

Tras llegar al lugar, los agentes revisaron la casa y encontraron a la esposa y el hijo del hombre, quienes también habían sido asesinados.

El niño de sólo tres años de edad, fue golpeado hasta la muerte, mientras que Ruby Dardeen, de 30 años y con un embarazo de cinco meses, fue asesinada a golpes, pero con un bate de beisbol con el cual también fue abusada sexualmente.

De manera espeluznante, sobre la cama se encontraba una pequeña niña que la mujer (ya sea durante o después del ataque) había dado a luz y que en un acto monstruoso de Sells, se encontraba también asesinada a golpes con la misma arma homicida.

Foto: Cortesía | @tejertejiendo

Este horripilante crimen, no pudo ser resuelto hasta 12 años después, cuando el mismo asesino lo confesó.

Aunque Tommy Lynn Sells nunca mostraba ningún tipo de remordimiento por sus crímenes, ni siquiera ante los que involucraban a menores de edad, el tema de la masacre de la familia Dardeen, lo ponía nervioso.

Se podría pensar de dos maneras, una era que este crimen lo afectaba incluso a él o sabía que hablar sobre el asesinato de la pequeña de cinco meses de gestación, no lo haría un preso muy popular, pues un acto tan cobarde como ese, podría poner su vida en peligro tras las rejas.

Como dato curioso, Sells fue encarcelado por robo en 1990, pasando 16 meses en prisión donde a raíz de sus cuadros de abstinencia por sus múltiples adicciones a las distintas drogas, es liberado tras un año en prisión.

Sorprendentemente, tras un intento fallido de asesinato en 1991, va a parar nuevamente a prisión, donde es diagnosticado con trastorno bipolar, pero nadie sospechó que podía ser un asesino en serie y tras siete años de prisión salió en libertad.

Detención y juicio

Durante los años siguientes, los asesinatos de Sells siguieron presentándose en diversos estados de la Unión Americana, sin embargo, de un momento a otro las niñas de entre 8 y 16 años de edad se convirtieron en su objetivo principal.

Tras salir en libertad en 1997, se casó, pero sin dejar de asesinar. Después abandonó a su esposa por una mujer que se enamora de él y se mudan a Texas.

Sin embargo, Tommy no parecía tomar esto de manera importante, se ausentaba de casa por días viajando por distintos estados, donde consumía gran cantidad de drogas y seguía asesinando.

En 1999 se cobra la vida de una mujer de 39 años y su hijo de 8 en Ginson, Tennessee. En abril de ese año asesinó a una niña de 9 años, además de otras dos pequeñas de 13 y 14 años.

Durante la madrugada del 31 de diciembre de 1999, Krystal Surles de 10 años de edad, toca la puerta de un hombre, quien al verla, se da cuenta que sangra de sobremanera de la garganta.

Este la atiende y ella escribe en un papel que un extraño los había atacado a ella y una amiga en su casa y que era muy probable que también hiciera lo mismo con su familia.

El hombre llamó al 911 y le salvaron la vida. Por su parte, la Policía llegó al lugar de los hechos y encontraron en la habitación de la chica el cadáver de Katy Harris, de 13 años de edad, el cual yacía tendido degollado y apuñalado en 16 ocasiones; la familia no fue atacada.

El horrible asesinato alertó a los agentes de Texas, quienes esperaron a que la joven sobreviviente se repusiera y les diera una descripción.

Foto: Cortesía | @BethuneTheory

La niña, dio una descripción detallada del sujeto escribiendo en un papel, incluso, mencionó un detalle que la había perturbado sobremanera, la cual eran sus ojos, los cuales eran fríos y parecía que incluso ni siquiera parecían mirarla mientras la degollaba, sin mostrar algún tipo de expresión en el rostro.

Con esta descripción se realizó un retrato del atacante, el cual fue identificado por el padre de familia de la víctima.

A pesar de sólo contar con 13 años, Harris era una niña sumamente atractiva, por lo que los investigadores supusieron que el asesino ya la había visto con anterioridad.

Al parecer, la familia se topó con el asesino en una gasolinera e incluso el padre adoptivo de la chica lo conocía. Ese mismo día, Tommy Lynn Sells fue detenido por la Policía sin presentar resistencia.

Ya en los interrogatorios y sabiendo que no iba a poder librarse de las acusaciones, Sells confesó un asesinato tras otro, lo que dejó estupefactos a los Rangers y al FBI, quienes no sólo parecían haber atrapado a un peligroso asesino en serie, sino uno de los más prolíficos de Estados Unidos y ellos ni siquiera sabían de su existencia.

Sells confesó más de 70 asesinatos de los cuales no se tiene un número exacto, siendo confirmadas 22 víctimas y sentenciado a la pena de muerte por la inyección letal, la cual se realizó el 3 de abril de 2014 en la Penitenciaria Estatal de Texas en Huntsville.