Las tradiciones sonorenses se replican por todos los rincones del estado, no solo en las ciudades grandes y ese es el caso de la pequeña comunidad de Masiaca, donde empezar a elaborar de manera artesanal tortillas de agua o sobaqueras, que son esas tortillas de harina gigantes que se usan para los burros de carne o los percherones.
El creador digital, Néstor Portillo, que es originario de aquellas tierras que pertenecen al municipio de Navojoa, fue a visitar a la pareja de señores que apenas van iniciando con ese negocio de las tortillas, con apenas dos semanas de este emprendimiento y se ve ćomo las van preparando desde que van extendiendo la masa hasta darle el tamaño correcto y así ya meterlas al comal a cocer.
Feliciano Morales y Martha Othón van mostrando como van formando los paquetes de tortillas y menciona que también hacen de las tortillas chica o normales, pero en el momento que se grabó el video los sorprendieron haciendo esas de agua que miden aproximadamente unos 40 centímetros de diámetro.
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“Vamos empezando el negocio, aunque la tortilla de nosotros tiene algo muy particular, que efectivamente es conocida como tortilla de agua, pero nosotros le metemos un buen grado de manteca para que no quede muy chiclosa y esta es la garantía que tiene, que no te va a empachar, como dicen comúnmente”, relata don Feliciano.
Las tortillas se cuecen sobre una hornilla que en la parte tiene un comal abombado, que es una pieza de metal que adaptaron de las máquinas del arado y sobre la leña ardiendo ese metal se pone al rojo vivo y las tortillas se hacen en segundos, explican que es por lo delgada que queda y por eso su proceso es así de rápido.
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“Algo muy típico sonorense, las tortillas sobaqueras, para acá para el sur de Sonora la verdad no se ve tanto como para el norte, yo creo que ustedes son los primeros que me han tocado ver”, menciona Néstor. “De hecho sí porque mucha gente no las conocían, hace rato pasó un niño y me preguntaba qué es eso y también nos preguntaron si eran pizzas, algunas personas sí las conocían pero la mayoría no”, relata la señora Martha.
El negocio está ubicado por la calle principal de Masiaca, que es un pueblo pequeño, pues según el censo del 2020, apenas contaba con una población de 1,505 habitantes. Su nombre proviene de la palabra ¨masiayekka¨, que, en lengua yoreme mayo, significa nariz de ciempiés y es más conocido el trabajo de talabartería que realizan ahí.
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