Sin duda Sonora se describe de muchas maneras; por sus pobladores, su historia, paisajes y, por supuesto, su gastronomía, la cual es muy honrosa para los que aquí habitan, orgullosos de su tradición. Sin embargo muchos de los alimentos típicos del estado, cuando hay exceso en su consumo, como todo puede generar un fuerte problema de salud.
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Además de la carne asada, la cual recientemente ha sido objeto de polémica por sus impactos en la salud, el consumo de harinas en el noroeste del país es una costumbre, por lo que el uso del pan y, sobre todo, las tortillas de harina, es imprescindible dentro de las casas.
En este sentido, la cantidad de tortillerías en los municipios sonorenses abunda de igual manera que los abarrotes o tiendas de conveniencia, donde se pueden hallar de diversos precios así como de cantidades.
Aun cuando es alimento predilecto para acompañar los desayunos, comidas, lonches y cenas, lo cierto es que tiene implicaciones sobre la salud que deben analizarse y, de ser necesario, cambiar por otro producto si se presenta alguna condición de riesgo.
Según profesionales de la salud, consumir una sola tortilla de harina implica que el organismo tardará en digerirla entre 3 y 6 horas, lo que representa un atraso para el metabolismo completo.
El doctor Víctor Hugo López López, médico bariatra, explicó que además de contribuir a incrementar los niveles de obesidad, también influye sobre los niveles de azúcar, lo cual puede generar el desarrollo de enfermedades como diabetes e hipertensión, las cuales son padecimientos crónicos degenerativos.
Este año, hasta la semana 23 registrada, Sonora presenta un total de 6 mil 212 personas con obesidad, mientras que quienes padecen diabetes acumulan 43 casos.
En tanto, los casos de hipertensión han incrementado bastante, ya que se tiene un total de 5 mil 778, en comparación al 2020, hasta este punto se tuvieron un total de 5 mil 348.
Aun cuando el consumo de tortillas de harina no es el único factor por el que se registran este tipo de enfermedades, es una atenuante que incide de manera prolongada. Por ello, el doctor Víctor Hugo López opinó que no deben consumirse en general, pero sostuvo que de vez en cuando ingerirlas no afecta de manera severa.
Harinas, enemigas
La nutrióloga Diana Jiménez destacó que el consumo de tortillas de harina es “malísimo” por las complicaciones en la salud que puede llegar a tener. Desafortunadamente, explica “no sólo en las tortillas de harina hallamos un atentado a la salud, sino en sabritas, panes y demás productos chatarra”.
Jiménez explica que el consumo de estos alimentos también afecta en las enfermedades cardiovasculares, así como pueden causar el aumento del colesterol en la sangre.
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Según la especialista, el consumo de chatarra específicamente está vinculado con la ansiedad y estrés que puede, en muchas ocasiones, orillar a las personas a buscar comerlas. Por ello recomendó a la población que se alimente de manera saludable, utilizando cantidades correctas de proteínas, cereales y verduras para evitar desarrollar enfermedades que pueden quitar la calidad de vida a las personas.