La obra “Ni Princesas, Ni Esclavas” es una puesta en escena de corte cómico cabaret protagonizada por Natzielli González, Vero Vásquez y Enrique López, que se presentó este fin de semana en conocido restaurante del centro de la ciudad y hay una parte dentro del guión, donde se mencionan a las tortillas sobaqueras.
Como invitado sorpresa y con el pretexto de esas tortillas aparece el Chef Juan Ángel en escena y es recibido con una gran ovación, y entra para hacer una aclaración muy importante sobre ese mote que se le adjudicó a las tortillas que él asegura su nombre correcto es: “Tortillas grandes o tortillas de agua” y no sobaqueras, término que considera de mal gusto.
Esta aparición representó su primera intervención en una obra teatral, pues hay que recordar que él es chef de profesión y además comunicador, pues aparece en la televisora del estado en secciones de cocina y en sus redes sociales, donde se ha posicionado como uno de los consentidos en Sonora por sus recetas que ahí comparte.
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“Jamás en mi vida imaginé que esto pasaría. Gracias Erica Salinas por invitarme a celebrar 10 años y 220 presentaciones de ’Ni princesas ni esclavas’ Gracias Natzielli, Vero Vázquez, Jesús Enrique por acoger a este humano falto de histrionismo. ¡Gracias a todas ustedes que hacen esto posible! Mi primera vez en un ‘templete’ teatral”, escribió el chef en sus redes sociales.
“¿Quién osó invocar el nombre de la tortilla grande? Te traje un desodorante, esto es lo único que va en el sobaco, es que, ¿como es posible que no sepas? se la llama ‘tortilla grande’ o de ‘agua’, un ignorante vino y le puso ese nombre de ‘sobaquera’, imagínate, que un día eres ‘Guadalupe la grande’ y al otro día viene un ignorante y te dice ‘Guadalupe la sobaquera’, hedionda a olla de menudo descompuesto”, bromea el chef en la escena que comparte con Natzielli González.
Al platillo insignia de los sonorenses
Además, el chef asegura que la tortilla grande es el platillo insignia de los sonorenses, por encima de la carne asada, pues no hay máquina que la haga, se tiene que hacer a mano de forma artesanal para que quede delgadita y es una tradición de los pueblos sonorenses, pues se hace en hornillas especiales para que puedan quedar de ese gran tamaño como las conocemos y se tienen que cocinar a la leña.
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Las historia de esta peculiar tortilla se remonta hasta el siglo XIX, que es desde se tiene registro y hay varias teorías sobre ese mote de “sobaquera”, una de ellas que fue Raúl Velasco fue quien las bautizó así, pero hay una más antigua que dice que al momento de hacerlas, las personas con el sudor de sus axilas le daban un mejor sabor a la tortilla.
Esa teoría en El Sol de Hermosillo no la aceptamos de ningún modo y la que se hace más acorde a ese mote es por la simple medida que tienen esas tortillas que abarcan todo el largo del brazo de quien las va moldeando, pues pueden medir entre 40 y 60 centímetros, ideales para acompañar las comidas y envolver esos burros que tanto representan a Sonora.
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