Leyendas e historias van a existir siempre y más si se trata de un hecho que pocos saben realmente qué pasó y que simplemente encuentran en medio de la nada, en el corazón de una isla mexicana una misteriosa aeronave abandonada y que lleva varias décadas ahí, siendo testigo del paso del tiempo y de la curiosidad de cientos que han ido hasta ese punto para comprobar su existencia.
Es así como en la Isla Guadalupe de Baja California, se encuentra esta aeronave abandonada y prácticamente con el puro esqueleto como sobreviviente de aquella desafortunada aventura que terminó por ser una pérdida total y que mejor decidieran dejarla ahí, para que con el paso del tiempo se pudiera convertir en un atractivo turístico de la isla.
Esta Isla se encuentra en el Océano Pacífico y es parte del territorio de Baja California, se encuentra a 400 kilómetros de distancia de Santa Rosalía y a 300 de Puerto Canoas, frente a la península, ahí también se encuentra un Campamento militar de México, con una pequeña pista de aterrizaje, que se convierte en la pista mexicana más al poniente del planeta.
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El avión fantasma
En el grupo de Facebook “Historias fantasmas de aviación” publicaron este peculiar hallazgo compartiendo su ubicación exacta y al verificarlo en el Google Maps, efectivamente ahí aparece la aeronave en la actualidad, Mauro Armenta es quien comparte esta información y piensa que se trata de un avión B-25 Mitchell.
En la caja de los comentarios las opiniones de los expertos parecen divididas, unos dicen que el modelo del avión es un Load Star C-60, otros que es un Lockheed Model 12 Electra Junior o que es un Beechcraft model 18, así que revisando los modelos en el El Sol de Hermosillo llegamos a al conclusión que se trata de un avión Load Star C-60 el que se encuentra ahí.
Incluso, el mismo Mauro Armenta agrega más información: “Es el mismo tipo de avión que se llevaron embarcado en el portaaviones USS Hornet de la marina estadounidense rumbo a Japón, cuando lanzaron la misión de contraataque en respuesta al sorpresivo ataque japonés un 7 de diciembre de 1941 en la base naval estadounidense de Pearl Harbor en Hawaii y sede de su flota del Pacífico”, lo cual resulta realmente fantástico e intrigante.
Se resuelve el misterio
El Arquitecto Adolfo Muñoz Benítez, el algún momento regidor de Ensenada, fue parte de la tripulación de ese aparatoso accidente, que no cobró la vida de ninguno de los tripulantes milagrosamente y en la publicación de un video de la página “Isla Guadalupe”, él mismo aclara qué fue lo que pasó en aquel ya lejano 1983.
“Fueron pérdidas totales del avión. Regresamos a Ensenada con bien, después del accidente. Y todos salimos solo con golpes y raspones. En este avión transportamos provisión de víveres para los trabajadores de la construcción de obra de Isla de Guadalupe, nos quedó corta la pista de aterrizajes”, explica el sobreviviente de este accidente.
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El señor Adolfo Muñoz, compartió algunas fotos de esa tarde en que cayó la aeronave, que al venir cargada de víveres, al parecer en exceso, provocó que la pista del lugar fuera insuficiente y por eso es que acabaron haciendo un aterrizaje de emergencia en terreno abierto, lo que hizo que el tren de aterrizaje se rompiera y el avión cayera de nariz y quedara ahí inservible, por lo que decidieron abandonarlo y continuar su camino en otro avión que fue por ellos.
Ni es un bombardero estadounidense, ni tiene nada que ver tampoco con la Segunda Guerra Mundial, ni tampoco con el contraataque a los japoneses, ni menos es un avión fantasma, solo es el reflejo de una mala maniobra que acabó en la pérdida de este avión y que se quedara en Isla Guadalupe para la posteridad.
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