Los cantos de su madre a una figura en forma de rana la llevaron a su pasión por la colección. Alejandrina Lagarda mejor conocida como la “Ranita Feliz”, inició con la colección de ranas en su casa desde hace 20 años, comenzó con un par hasta llegar a más de 2 mil piezas.
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“Mi mama les cantaba, un día me acerqué y le pregunté ¿Qué hace? Y me respondió ‘hay que cantarles a ellas para que te pongan donde hay y te acarreen la buena vibra, el dinero, el trabajo’ y desde ahí brotó la idea en mi cabecita y empecé a hace una rana y otra”, manifestó.
Hoy en día cuenta con piezas de distintos tamaños y materiales, la más grande de ellas es una estatua de cemento con varilla, tiene los brazos hechos con vendas de yeso, mide 1.70 metros y la nombró Nohelia, la cual viste con distintos disfraces y la de peluche se llama María con un tamaño de 1.20 metros.
Entre los objetos se pueden apreciar están llaveros, dibujos, peluches, rompecabezas, ropa, accesorios, piedras de decoración, botarga en distintos materiales como fierro, latón, lámina horneada, plástico, tela, corcho latas, yeso, barro negro, vidrio soplado, disecadas, entre otros.
Cada una de ellas lleva el nombre de las personas que le han regalado, también dijo que las personas siempre aportan felicidad a los demás, colaboran y apoyan los sueños de los demás.
“Al principio mi familia se sacaba de onda, me decían que ya tenía muchas y ahora yo pienso que les da orgullo porque la gente les pregunta que si son hermanos míos, a mi madre o algún pariente, yo me siento feliz porque tengo algo que darles para que ellos se enorgullezcan de mí”, consideró.
Se hizo su primer tatuaje (una rana) 5 años después de ser coleccionista y la primera vez que lo mostró al público fue durante una pasarela.
Señaló que no tiene una pieza favorita pues todas son especiales y cada una ha marcado su vida de una manera distinta, así como también aquellas de personas que le obsequiaron una rana y que ya fallecieron. La mayor parte la recibe en su casa, las dejan en el porche de su casa, arriba de su carro o en la banqueta.
“La gente es tan noble que si a la gente le dices me gusta una piedra, la gente te comienza a llevar piedras, yo no necesité acarrear muchas a mi casa, yo creo que tenía alrededor de 20 a 30 ranas y el resto llegaron solas, regaladas por las personas, toda la gente pone su granito de arena”, mencionó.
Alejandrina compartió que su colección no sólo está dentro de su casa, sino también en su carro el cual lo nombró “La rana móvil” y actualmente tiene por dentro alrededor de 54 ranas de todos los tamaños.
“Me ha dejado y me sigue dejando causar sonrisas a las personas que me ven, me encanta que los niños comienzan señalarme y me reconocen como la mamá de las ranas, la alegría de la gente, la satisfacción de que les guste”, aseguró.
Para La Ranita feliz es fácil hacer una colección siempre y cuando no se dañen a las demás personas y disfruten de lo que hacen.
“Todo es permitido, en mi casa soy vendedora, conozco a mucha gente, cuando empecé con esto yo no era vendedora, me empezaron a regalar los vecinos, mis hermanas, mis familiares y amigos”, abundó.
Para finalizar hizo una invitación a la comunidad para no dañar a los animalitos en tiempos de lluvia, ya que son indefensos y ayudan a acabar con los insectos y reiteró una invitación a su casa ubicada en la colonia Miguel Hidalgo, calle granados número 614 entre Maza de Juárez y Eligio Ancona.