El Cerro de La Campana es uno de los patrimonios más antiguos y simbólicos de la ciudad de Hermosillo, así como uno de los lugares turísticos más interesantes.
Ignacio Lagarda, cronista de la ciudad, informó que el personaje más antiguo que lo llamó “Cerro de la Campana” fue el agrimensor Martín Bernal, en 1744, cuando midió la Hacienda del Pitic, terreno propiedad del gobernador Don Agustín de Vildósola, donde hoy es la plaza Zaragoza
La formación natural está compuesta de una roca llamada mármol, un mineral que al impactar con otro igual emite un sonido similar al de una campana, origen principal de su nombre. El color de las piedras es blanco verdoso, y en ocasiones gris oscuro con una superficie áspera e irregular.
Es propiedad del Ayuntamiento de Hermosillo como parte de la reserva territorial y ha tenido muchas curiosidades. Al final del siglo XIX fue concesionada una parte del mismo para fungir como cantera y extraer de ahí roca para hacer fuentes, pisos, columnas y hornos.
Lagarda señala que el lugar no debe ser perjudicado de ninguna manera, utilizar la vereda llamada “Camino del Caracol” para subir, y recomienda aprender a reconocer el cerro como símbolo, no llenarlo de basura.