Francisca Ibarra tiene 84 años y en sus tiempos libres arma rompecabezas de hasta 2 mil piezas, una actividad que adoptó desde hace más de cinco años.
Es originaria de Cucurpe, Sonora, y comenzó con este hobbie porque uno de sus nietos le regalaba juegos de mesa.
“A veces batallo para buscarlas porque las tengo todas juntas y hay días que no pongo más de una o dos piezas, solamente lo hago por las tardes de lunes a sábado, cuando no está reunida mi familia, eso que hago es para pasar mi tiempo libre”, manifestó Francisca.
Su doctor le impidió hacer actividades en el hogar, barrer, trapear, entre otros, debido a un problema de salud que presentaba Francisca, en su desesperación por ocupar su tiempo, comenzó a armar rompecabezas.
“Para entretenerme y hacer cosas, mejor me pongo a hacer esto, hay veces la familia se va a dormir y yo duro hasta las dos de la mañana, cada vez que voy encontrando piezas pues más le voy buscando”, señaló.
Ha formado alrededor de diez obras, terminar una sola le puede llevar días, semanas o hasta meses. Ha trabajado con distintas cantidades en piezas desde 50 hasta 2,000 piezas.
“No se me hace difícil, me ayuda para la memoria, yo tuve una hermana que perdió la memoria y le decía que hiera algo para que se distrajera y pero no le gustaba armar rompecabezas”, compartió.
Después de terminar con sus actividades personales y del hogar, se va a su cuarto a seguir armando su obra, separa las piezas, identifica los colores y comienza a imaginar la pieza terminada.
“Tengo un bisnieto vino a mi casa y me quería ayudar, pero le dije que mejor le iba a regalar uno para que lo hiciera porque tengo una caja de puros rompecabezas pero son más chicos”, añadió.
Para concluir consideró que todas las personas deberían hacer algo diferente, como este tipo de actividades cuando se tiene tiempo libre.