El proyecto de Desarrollo Integral Educativo Voluntario A.C. comenzó hace 4 años con un grupo de personas que realizaba actividades altruistas, al llegar a una casa hogar conocieron la condición de los niños que se encontraban en el lugar y decidieron implementar un programa educativo.
Actualmente el equipo de trabajo está conformado por 30 voluntarios entre ellos ingenieros, médicos, psicólogos y normalistas, entre otros.
Michelle Soto, presidenta del proyecto DIEV, señaló que se trabaja con niños que se encuentran en condiciones vulnerables, se les presenta un modelo educativo con clases sabatinas en nivelación académica, capacitaciones a maestros y otras actividades.
“Vimos la mejor manera de ofrecer una oportunidad a largo plazo para que tuvieran un mejor futuro y éste era a través de la educación, es la única manera de crear un cambio significativo y permanente en la sociedad y fue cuando decidimos consolidarnos como una asociación civil”, comentó Michelle.
Las actividades se realizan por medio de juegos fuera del aula, con el fin de ver el desarrollo de su aprendizaje de una manera distinta, así como también cómo los alumnos aplican sus conocimientos, aprendan a convivir y a ser ellos mismos. Han visitado La ciudad de los niños, el Internado Cruz Gálvez y escuelas públicas.
“Lo que me ha sorprendido mucho es el compromiso de las persona con el proyecto, también el amor de los niños al conocerte y aceptarte, darte amor, energía y es ahí donde hemos hecho valer la pena”, manifestó.
Brindan capacitaciones a maestros con métodos alternativos de enseñanza en temas de inclusión y temas relevantes de la educación, además se trabaja con proyectos de ciencia, tecnología y matemáticas para niños de primaria.
Consideran que el impacto que ha tenido se ve reflejado en el desarrollo social de los niños, su forma de ser, cómo se desenvuelven, su participación en las distintas actividades y la comunicación entre maestros y compañeros.
“Hemos visto cambios en los niños en la forma de cómo están aprendiendo, cómo participan en los proyectos y cómo se relacionan con los maestros, todo nuestro éxito está en la parte emocional en la forma que crean ese vínculo y se dan cuenta de que hay personas preocupadas por ellos”, agregó Soto.
Son aproximadamente 100 niños los que han recibido las clases personalizadas, además de las capacitaciones a maestros de educación integral y cursos de primeros auxilios donde ha participado alrededor de 300 personas.
Realizan actividades para la recaudación de fondos por medio de vendimias para sustentar las actividades y comprar material escolar para seguir con sus clases.
“Me gustaría llevar este programa a varias escuelas porque no sólo es necesario en casa hogares, sino también en otras escuelas públicas para brindarles atención personalizada, emocional y conocer sus necesidades sicológicas.
Michelle Soto invita a la comunidad a que sean parte de todos los proyectos que aporta a la sociedad, se más empáticos y apoyar a la gente que se encuentra en la situación vulnerable.
