La compra de un duende de la buena suerte le cambió la vida al señor Gabino Medina hace 28 años.
En Sonora existe una casa dedicada a los duendes, la cual se ubica en la colonia Centro.
Las creencias de su padre y el poco conocimiento sobre duendes provocaron que Gabino creciera con miedo a ellos, tiempo después realizó un viaje a la Ciudad de México y compró un duende árabe el cual su función es atraer a la clientela y así cambió su suerte e inició su negocio.
“Los duendes que yo vendo son de la buena suerte, no son decorativos, estos duendes no pueden estar a la luz del sol, solo se recargan con la luz de la luna, se tienen que atender con vino tinto y semillas de girasol y cambiarlos cada 8 días”, comentó Gabino.
La fe y el amor son parte fundamental para confiar en un duende, como agradecimiento a todos ellos, Gabino compró una casa, donde los resguarda y es abierta al público que quiera conocer de algunas historias.