“La persona que no conoce a Mariana, quien no convive con ella se está perdiendo de muchas cosas, tener una adolescente Down, traerla desde niña hasta la adolescencia es una satisfacción es muy grande”.
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En marzo 21 se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, en el año 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó este día con la finalidad de hacer pública la condición y conocer la diversidad de sus comunidades.
Simpática, alegre y enamorada describen a Mariana Méndez, la joven de 23 años de edad que forma parte del equipo del Centro de Capacitación Manos a la Vida que capacita a adultos con capacidad intelectual y síndrome de Down para propiciar la inclusión en el sector productivo.
Las personas con síndrome de Down tienen características comunes pero cada uno de ellos es distinto por su forma de ser, pensar, sentir, vestir, actuar y con habilidades únicas.
Mariana estudió en el Centro de Atención Múltiple número 29 el cual cuenta con educación básica y brinda atención escolarizada integral a niños, niñas y jóvenes con discapacidad múltiple o trastornos del neurodesarrollo.
Su familia se conforma por su mamá Rossy, su papá Jorge, su hermana mayor Saraí y su sobrino Saúl, viven al Sur de la ciudad y todos los días realizan el camino hacia su trabajo en Manos a la Vida.
“A Mariana aún le falta madurez para salir a trabajar fuera, ahorita tendrá un 80% en su madurez pero a veces se comporta como una niña pero cuando anda de novia es muy enamorada y siempre está al pendiente de lo que le interesa”, manifestó Rossy Ocaño, mamá de Mariana.
Las actividades que realiza en su trabajo es dentro del departamento de hotelería y mantenimiento, donde le enseñan a doblar toallas y sábanas en lavandería, planchar y en otras horas libres aprende de bisutería.
La profesión que más le gusta es maestra guía para ayudar a los niños y trabajar en una tienda Oxxo, pero también disfruta de mucho su trabajo entre otras funciones como barrer, trapear, lavar los trastes y asear su habitación.
“Cuando llegan a nuestras vidas, nos da miedo y distintas emociones pero a medida que va pasando el tiempo viene muchas recompensas, Mariana me ha enseñado a vivir el día a día porque muchas veces el agotamiento, los problemas de la vida, la inseguridad nos cansan y Mariana me ha enseñado que ella es fuerte y que tiene mucho valor para enfrentar la vida”, añadió Rossy.
¿Cómo se conforma el día de Mariana?
De lunes a viernes en punto de las 6:00 horas se prepara para ir a trabajar, en donde se desempeña en el área de hotelería y mantenimiento. Cada mañana pasa a saludar a su novio José Manuel y espera la hora del lunch para compartir su tiempo con él.
Después de algunas horas en su trabajo, regresa a casa para prepararse y asistir a las distintas actividades que realiza como el boliche y danza. Ha participado en torneos nacionales donde en uno de ellos obtuvo el segundo lugar en pareja con su compañera Carolina Díaz Beltrán e individual el tercero.
Su cuarto está adornado con trofeos y medallas que ha ganado en sus participaciones amistosas con los Guerreros de Obregón.
Le gusta ir al cine, ir a misa y pasear en el parque con su familia, disfruta bailar, cantar y ver videos de música de sus cantantes favoritos entre ellos Julión Álvarez.
“Yo le digo a mi esposo que me gustaría vivir un día en la vida de ella porque es feliz siempre, le gusta mucho ir a la escuela, trabajar, bromear, siempre esta alegre, es muy enamorada pero el ver que ella todo el tiempo está viviendo su día a día a como venga me gustaría hacer lo mismo, sentirlo”, compartió su mamá.
Al salir de la escuela la maestra de Mariana siempre pasa reportes buenos de su participación en clase, la entrega de las tareas y la aceptación de las indicaciones que le hacen. Para Rossy es un logro muy grande así como también el desarrollo en su vida diaria.
“Muchas veces te gana la rutina pero con una simple palabra que ella me diga cómo te amo me levanta el ánimo, a veces que me levanto muy cansada con el simple hecho que me diga eso se me olvida todo el dolor y el cansancio”, dijo.
Para finalizar Rossy reveló que si Mariana no hubiese existido en su vida, no sabría qué estaría haciendo en estos momentos “ella es la que me retroalimenta todos los días, a veces que me ve triste y me causa mucho impacto que ella venga, me abrace y me dice no llores y me trae papel para limpiar mis lágrimas y después de todo eso digo ‘cómo ha crecido mi niña’, yo la veo más madura”, concluyó.