¿Viene un gran terremoto para Sonora? Esto es lo que se sabe

Los temblores de los últimos días han traído rumores por parte de la gente, como que se espera un gran terremoto, pero ¿qué hay de cierto en ellos?

Daniel Johnson | El Sol de Hermosillo

  · lunes 2 de agosto de 2021

Foto: Archivo | El Sol de Hermosillo

En agosto se registró una alta actividad sísmica en Sonora, después del pequeño temblor en Guaymas, el pasado 31 de julio, que fue de una magnitud de 5.5; ahora, este 7 de septiembre por la noche un fuerte temblor 7.1 sacudió a varios estados del centro del país, cuyo epicentro fue Acapulco.

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¿Estamos ante un aumento inusual de la actividad sísmica del estado? Los sismos de los últimos días, aunque leves, han servido como recordatorio de que para gran parte de México estos fenómenos naturales son una posibilidad real y el estado de Sonora no es excepción. Estas son algunas de las dudas que han surgido a raíz de estos temblores.

¿Septiembre es el mes con más sismos?

En el mes de septiembre muchas personas se preparan para lo que popularmente se conoce como la época con más actividad sísmica del año, una creencia reforzada por los simulacros que se realizan en todo el país.

Ante esta cuestión, el Servicio Sismológico Nacional aclara que a pesar de que existen los registros de los últimos años en que el número de sismos detectados en este mes ha aumentado en promedio, esto no se trata sino de una inexacta interpretación de los datos.

Aunque es cierto que en los registros históricos que se tienen hay aumentos importantes en la actividad sísmica para septiembre, estos datos surgen directamente de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y de 2017 que cimbraron a la región centro y sur del país, especialmente a la Ciudad de México, que además de tener una gran intensidad vinieron acompañadas de sus respectivas réplicas, las cuales aumentaron de forma importante las lecturas para estos meses.

Fuera de estos dos casos, el mes de septiembre en México no representa una temida “temporada de terremotos” como muchos piensan, las lecturas fuera de estos dos años se han mantenido dentro de los niveles normales antes de esos sucesos y también desde entonces.

Según hace hincapié el doctor Arturo Joaquín Barrón Díaz, profesor investigador de tiempo completo en el departamento de Geología de la Universidad de Sonora, el estudio de la actividad sísmica en el estado siempre es importante, pero que no existe forma de predecir con seguridad cuándo ocurrirán estos eventos.

“La principal atención debe ser el conocimiento de que es un sistema activo y a partir de eso tomar las precauciones necesarias en materia de construcción y prevención”, expuso en entrevista con El Sol de Hermosillo.

Foto: Archivo | El Sol de Hermosillo

Un gran sismo podría ocurrir en cualquier momento

Otro temor que existe, algo más justificado, es la posibilidad de que un temblor de gran magnitud podría sacudir a Sonora en cualquier momento, especialmente cuando han pasado más de 100 años desde la última vez que se tuvo un evento de este tipo.

El 3 de marzo de 1887, la región noreste de Sonora sufrió un terremoto cuya magnitud se estima pudo haber llegado hasta los 8.1 grados en escala de Richter, propagándose sus efectos tan lejos como la ciudad de México, y al norte hacia los Estados Unidos.

El evento, seguido por varios días de réplicas fuertes y meses de temblores menores, fue la última vez que las fallas de Pitáycachi, Teras y Otates se reactivaron de forma considerable. Durante los últimos días esto ha causado que algunos teman que años sin un incidente de gran magnitud en la zona puedan aumentar la intensidad de un temblor inminente causado por los años de tensión acumulada.

Afortunadamente, según aclara la investigadora de Geología y Minas de la Universidad de Sonora, Alejandra Marisela Gómez Valencia, esto también se trata de una idea inexacta. Aunque es cierto que desde aquel año no se tiene un evento similar, esto no necesariamente repercutirá en la frecuencia o intensidad de un terremoto en tiempos modernos, aunque tampoco significa que no pueda pasar.

“Tener un sismo con la magnitud de 1887 puede ocurrir en cualquier momento, sin embargo no se puede predecir. Lo recomendable para ese tipo de regiones es mantener a la gente consciente de la situación, de una forma coherente, sin causar pánico y sobre todo informarles de las medidas de seguridad a seguir ante cualquier sismo", señaló a El Sol de Hermosillo.

Y es que los temblores de los últimos días, al contrario de lo que podría pensarse, no son en realidad algo inusual para el estado, que según Gómez Valencia presenta estas vibraciones diariamente.

“La actividad sísmica en Sonora no es inusual, colindamos con un límite de placas (tenemos la fortuna de en Sonora pisar la placa tectónica Norteamericana y si vamos a Baja California, justo pasando a Mexicali ya podemos pisar otra placa tectónica, la llamada Pacífico), este límite de placas es activo y provoca que la Baja California se separe de 5 a 8 cm al año”, explica la especialista.

Al estar más cerca del epicentro, Bavispe fue la ciudad más afectada y la que da su nombre a este evento. Entre los daños se habla de una iglesia que se derrumbó mientras se llevaba a cabo la misa en su interior. / Foto: Cortesía | obson.wordpress.com

Los temblores en Sonora suceden a diario, aunque la mayoría en magnitudes tan bajas que apenas se perciben o no pueden ser percibidas sin apoyo de las estaciones especiales para detectar estos fenómenos.

Precauciones

Como coinciden ambos especialistas consultados, la preparación ante los terremotos debe ser una preocupación real, no porque se espere uno de mayor o menor magnitud en el futuro, sino porque estos son siempre una posibilidad ante la cual, en caso de que suceda, es mejor no estar desprevenidos.

Mientras que una medida de preparación es la construcción de casas y edificios tomando en cuenta la posible actividad sísmica en la zona, hay otras que pueden ser tomadas por los ciudadanos para estas situaciones, recomendadas por el Centro Nacional de Prevención de Desastres.

Carlos Villalba | El Sol de Hermosillo

Antes de que un temblor fuerte ocurra es importante preparar un plan familiar de protección civil, acudir a simulacros de evacuación para saber cómo actuar en este caso. En tus lugares cotidianos como la casa, oficina o escuela, debes reconocer cuáles son los puntos más seguros.

Durante un temblor, se recomienda mantener la calma y ubicarse en una zona de seguridad, lejos de objetos que puedan caer y ventanas. En caso de estar en un automóvil es importante estacionarse lejos de edificios, postes o árboles. Para las zonas costeras también existe la recomendación de alejarse de la playa, ríos, lagunas o arroyos para ubicarse en zonas altas.

Después del sismo se debe revisar bien tu casa, buscando cualquier daño que pueda haber ocurrido. Antes de encender cerillos o velas hay que asegurarse de que no existan fugas de gas. En este punto hay que prepararse para posibles réplicas del sismo, por lo que se recomienda permanecer en alerta aunque regrese la calma.

Sí podría ocurrir: investigadora

Alejandra Marisela Gómez Valencia, profesora investigadora de Geología y Minas de la Universidad de Sonora (Unison), mencionó que aun cuando las personas no estén acostumbradas a los sismos, la tierra está en constante movimiento los cuales no se llegan a percibir por la intensidad.

“Eso no significa que no pueda ocurrir un sismo de mayor magnitud como los que ocurrieron el fin de semana”, explicó la especialista.

Con la especulación latente ante estos fenómenos Alejandra Marisela Gómez Valencia, mencionó que los recientes acontecimientos no tienen relación con la falla de San Andreas, mejor conocida como la Falla de San Andrés.

“La falla de san Andrés termina en el sector de Estados Unidos y a partir de ahí inicia una zona de fallas en el Golfo de California, que esas son las que más repercuten para que se sientan sismos en Sonora; los que se han sentido en Hermosillo tienen que ver con esas fallas”.

La investigadora detalló que comúnmente hay actividad tectónica y magmatismo, lo que genera el movimiento sísmico para que se cumpla con el desplazamiento de las baja californias:

“Eso es más o menos lo que ocurre, cada año se separan entre tres y cinco centímetros las baja californias de lo que es la parte del límite que está pegado con Sonora, tiene que haber movimiento, no es una separación abrupta”.

Gómez Valencia dijo que, derivado de esto, en cualquier momento puede volver a ocurrir un sismo de mayor magnitud, explicó la especialista.

“Sí puede ocurrir otro sismo de mayor magnitud, mas no se puede predecir, pero hay que tener las medidas de prevención”, advirtió.