Estos seres pequeños y secos, eran temidos y usualmente confundidos con ángeles, demonios, sirenas o dragones, llamados Jenny Haniver, las imágenes más antiguas de estos animales aparecen en una obra de historia del año 1558 escrita por Conrad Von Gesner.
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Unos llamaban a estas criaturas “crías de dragón”, otros “basiliscos” o simplemente peces diabólicos. Algunos creen que este animal fue descrito en 1546 como el pez monje varado en Dinamarca, texto de 1546.
Los que sabían la verdad sobre este ser, lo denominaban Jenny Haniver, hasta el día de hoy no se sabe por qué se le dio ese nombre, lo más aceptado es que se trata de la anglización de la Jeune d'Anvers francesa “chica de Amberes”.
Su aspecto era en extremo monstruoso para todas las personas que lo miraban. Sin embargo, no se trata de un ser diabólico, ni mucho menos. En realidad, estas criaturas del mar son mantarraya. Sí, eran cuerpos de mantarrayas talladas, secadas y barnizadas para hacerlos ver espeluznantes y llamar la atención del público.
Es un monstruo falso, creado a partir de cadáveres de un tipo de mantarraya conocido como "guitar fish", al que se le hacen cortes, pliegues y mutilaciones para darle una apariencia humanoide o “diabólica”. El propósito de esto es meramente comercial, pues las figuras se vendían a incautos que la tomaban por verdadera o personas que sabían qué era, y lo usaban para engañar a sus conocidos.
Se cree que originalmente los también llamados “cadáveres de sirena”, fueron creados por pescadores británicos de Amberes, asimismo numerosos Jenny Haniver se hicieron en Bélgica, Francia y en Italia.
A pesar de que esto suene como un asunto del pasado ya superado, hace no mucho en 1971 en San Juan, Puerto Rico, Alfredo García Garamendi, un profesor de educación física y aficionado de lo paranormal, afirmó haber capturado un pez “extraño” que podía respirar y sentarse, al que le dio el nombre de “Garadiabolo”. Esto no era otra cosa que una Jenny Haniver.
Cabe destacar que también en los medios de comunicación de Italia en el 2006, se presentó algo que parecía “un cadáver extraterrestre”. El título de las portadas era “Rojo como un marciano“.
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En México, específicamente en el estado de Veracruz, se cree que las Jenny Haniver tienen poderes mágicos y son empleadas en rituales por curanderos.
Citando al autor científico Willy Ley “cualquiera que haya visto nadar a una mantarraya en posición vertical cerca del cristal de un acuario marino, recordará la desagradable sensación de encontrarse frente a una perversa máscara viva. En efecto, los 'ojos' penetrantes de la cara no son otra cosa que sus branquias. Los verdaderos ojos se hallan en el lomo oscuro del pez y no son conspicuos”.
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